Un joven fue a solicitar un puesto gerencial en una
empresa grande. Pasó la entrevista inicial y ahora iba a
conocer al director para la entrevista final. El director vio
en su CV sus logros académicos y eran excelentes. Y le
preguntó: " ¿Recibió alguna beca en la escuela?"
el joven respondió "no".
"¿Fue tu padre quien pagó tu colegiatura? "
" Mi padre murió cuando yo tenía un año de edad, fue mi
madre la que pagó. "-respondió.
"¿Dónde trabaja tu madre? "
"Mi madre trabajaba lavando ropa."
El director pidió al joven que le mostrara sus manos . El
joven mostró un par de manos suaves y perfectas.
"¿Alguna vez has ayudado a tu madre a lavar la ropa? "
"Nunca, mi madre siempre quiso que estudiara y leyera
más libros. Además, mi madre puede lavar la ropa más
rápido que yo.
El director dijo: "Tengo una petición: cuando vayas a
casa hoy, ve y lava las manos de tu madre, y luego ven a
verme mañana por la mañana."
El joven sintió que su oportunidad de conseguir el
trabajo era alta. Cuando regresó a su casa le pidió a su
madre que le permitiera lavar sus manos. Su madre se
sintió extraña, feliz pero con sentimientos encontrados y
mostró sus manos a su hijo.
El joven lavó las manos de su madre poco a poco. Rodó
una lágrima al hacerlo. Era la primera vez que se daba
cuenta de que las manos de su madre estaban tan
arrugadas y tenían tantos moratones. Algunos
hematomas eran tan dolorosos que su madre se
estremeció cuando él la tocó.
Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de lo
que significaban este par de manos que lavaban la ropa
todos los días para poder pagar su colegiatura. Los
moretones en las manos de la madre eran el precio que
tuvo que pagar por su educación, sus actividades de la
escuela y su futuro.
Después de limpiar las manos de su madre, el joven se
puso a lavar en silencio toda la ropa que faltaba.
Esa noche, madre e hijo hablaron durante un largo
tiempo.
A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del
director.
El director se dio cuenta de las lágrimas en los ojos del
joven cuando le preguntó: "¿Puedes decirme qué has
hecho y aprendido ayer en tu casa?"
El joven respondió: "lavé las manos de mi madre y
también terminé de lavar toda la ropa que quedaba"
"Ahora sé lo que es apreciar, reconocer. Sin mi madre,
yo no sería quien soy hoy. Al ayudar a mi madre ahora
me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir hacer
algo por mi cuenta. He llegado a apreciar la importancia y
el valor de ayudar a la familia.
El director dijo: "Esto es lo que yo busco en un gerente.
Quiero contratar a una persona que pueda apreciar la
ayuda de los demás, una persona que conoce los
sufrimientos de los demás para hacer las cosas, y una
persona que no ponga el dinero como su única meta en
la vida".
"Estás contratado".
Un niño que ha sido protegido y habitualmente se le ha
dado lo que él quiere, desarrolla una "mentalidad de
tengo derecho" y siempre se pone a sí mismo en primer
lugar. Ignoraría los esfuerzos de sus padres. Si somos
este tipo de padres protectores ¿realmente estamos
demostrando el amor o estamos destruyendo a nuestros
hijos?
Puedes dar a tu hijo una casa grande, buena comida,
clases de piano, ver en una gran pantalla de televisión.
Pero cuando estás cortando el césped, por favor que
también lo experimente. Después de comer que lave sus
platos junto con sus hermanos y hermanas. No es
porque no tengas dinero para contratar quien lo haga, es
porque quieres amarlos de la manera correcta. No
importa cuán rico seas, lo que quieres es que entienda.
Un día tu pelo tendrá canas, igual que la madre de ese j
joven. Lo más importante es que tu hijo aprenda a
apreciar el esfuerzo y tenga la experiencia de la dificultad
y aprenda la habilidad de trabajar con los demás para
hacer las cosas." ¡Cuídate!
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