Dios estaba en el cielo mirando como actuaban los
hombres en la tierra, entre ellos reinaba la desolación.
Más de 6 mil seres humanos son pocos para alcanzar la
magnificencia divina del AMOR! Suspiró el Señor... El
Padre vio a tantos hermanos en guerra, esposos y
esposas que no contemplaban sus carencias, ricos y
pobres apartados, sanos y enfermos distantes, libres y
esclavos separados, que un buen día reunió a un ejército
de ángeles y les dijo: ven a esos seres humanos?
¡Necesitan ayuda! Tendrán que bajar ustedes a la tierra.
¿Nosotros? Dijeron los ángeles ilusionados, asustados y
emocionados, pero llenos de FE.
Sí, ustedes son los indicados. Nadie más podrá cumplir
con esta tarea. Escuchen: Cuando creé al hombre, lo
hice a imagen y semejanza de MÍ, pero también con
talentos especiales para cada uno. Permití diferencias
entre ellos para que juntos formaran el reino. Así lo
planeé. Unos alcanzarán riquezas para compartir con los
pobres. Otros gozarán de buena salud para cuidar de los
enfermos. Unos serán sabios y otros muy simples, para
procurar entre ellos sentimientos de amor, admiración y
respeto. Los buenos tendrán que rezar por los que
actúan como si fueran malos. El paciente tolerará al
neurótico. En fin, mis planes deben cumplirse para que el
hombre goce, desde la tierra, la felicidad eterna. Y para
hacerlo, ¡ustedes bajarán con ellos!
¿De qué se trata? Los ángeles preguntaron inquietos.
Entonces el Señor les explicó su deber: Como los
hombres se han olvidado de que los hice distintos para
que se contemplaran unos a otros y así formaran el
cuerpo de mi hijo amado; como parece que no se dan
cuenta de que LOS QUIERO DIFERENTES PARA
LOGRAR LA PERFECCIÓN, bajarán ustedes con francas
distinciones. Y dio a cada uno su tarea:
Tú tendrás memoria y concentración de excelencia:
serás ciego.
Tú serás elocuente con tu cuerpo y muy creativo para
expresarte: serás sordomudo.
Tú tendrás pensamientos profundos, escribirás libros,
serás poeta: tendrás parálisis cerebral.
A ti se te dará el don del amor, habrá muchos otros como
tú en toda la tierra y no habrá distinción de raza porque
tendrán la cara, los ojos, las manos y el cuerpo como si
fueran hermanos de sangre: tendrás Síndrome de Down.
Tú serás muy bajo de estatura y tu simpatía y sentido del
humor llegarán hasta el cielo: serás gente pequeña.
Tú disfrutarás de la creación tal como lo planeé para los
hombres: tendrás discapacidad intelectual.
Mientras otros se preocupan por los avances científicos
y tecnológicos, tú disfrutarás mirando una hormiga, una
flor. Serás feliz, muy feliz porque amarás a todos y no
harás juicio de ninguno. Vivirás en la tierra, pero tu
mente se mantendrá en el cielo, preferirás escuchar mi
voz a la de los hombres: tendrás autismo.
Tú serás hábil como ninguno, harás todo con las piernas
y la boca: te faltarán los brazos.
Al último ángel le dijo: serás genio, te quitaré las alas
antes de llegar a la tierra y bajarás con la espalda
ahuecada, los hombres repararán tu cuerpo, pero
tendrás que ingeniártelas para triunfar: Tendrás
mielomeningocelle, que significa miel que vino del cielo...
Los ángeles se sintieron felices por la distinción del
Señor, pero les causaba una enorme pena tener que
apartarse del cielo para cumplir su misión. ¿Cuánto
tiempo viviremos sin verte? ¿Cuánto tiempo lejos de Ti?
No se preocupen, estaré con ustedes todos los días.
Además esto durará solo entre 60 y 80 años
terrenos. Está bien, Padre, será como Tú dices, 80 años
son solo un instante en el reloj eterno. Aquí nos veremos
al ratito, dijeron los ángeles al unísono y bajaron a la
tierra emocionados.
Cada uno llegó al vientre de una madre. Ahí se formaron
durante 6, 7, 8 o 9 meses. Al nacer fueron recibidos con
profundo dolor, causaron miedo y angustia. Algunos
padres rehusaron la tarea; otros la asumieron enojados;
otros se echaron culpas hasta disolver su matrimonio; y
otros más lloraron con AMOR y aceptación del DEBER.
Sea cual fuere el caso, como los ángeles saben su
misión y sus virtudes son la FE, la ESPERANZA y la
CARIDAD, además de otras todas gobernadas por el
AMOR, ellos han sabido perdonar y con paciencia pasan
la vida iluminando a todo aquel que los ha querido amar.
Siguen bajando ángeles a la tierra con espíritus
superiores en cuerpos limitados, y seguirán llegando
mientras haya humanidad en el planeta.
Dios quiere que estén entre nosotros para darnos la
OPORTUNIDAD de trabajar por ellos, para APRENDER
de ellos.
Y trabajar es servir, servir es vivir y vivir es amar, porque
la vida se nos dio para eso.
El que no vive para servir, no sirve para vivir.
Dios tiene caminos humanos, seamos nosotros esos
caminos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario