viernes, 31 de enero de 2014

La Vida no es una Carrera!


¿Alguna vez has observado a los niños jugando?
o escuchado las gotas de la lluvia al tocar el suelo?

¿Alguna vez has seguido el vuelo errado de una mariposa?
o contemplado el sol en un atardecer?

Debes detenerte.
No bailes tan rápido, el tiempo es corto la
música no durará...
Andas Tú ... corriendo todos los días ?
Cuando preguntas a alguien cómo está?...
escuchas lo que te contestan?
Cuando el día se acaba te acuestas en tu cama con
las próximas cien cosas que tienes que hacer
dando vueltas en tu cabeza?

Debes detenerte.
-Alguna vez le has dicho a tu hijo,
lo haremos mañana y en tu prisa...
no ves la tristeza en su mirada?

Alguna vez has perdido contacto... dejando una
buena amistad morir porque nunca tuviste tiempo
para llamar y decir "Hola"?

Cuando corres muy de prisa para llegar a algún
lugar, te pierdes todo lo divertido del camino
en llegar.
Cuando te preocupas y te apresuras durante el día
es como un regalo sin abrir... que echas a la
basura...

 
La vida no es una carrera....Tómalo más despacio, 
escucha la música..antes de
que se acabe la canción.

Luz para el Camino!


Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.

En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.

Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
 - ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...

Entonces, el ciego le responde:
 - Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...

 - No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.

Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.

Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás...¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...

¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás!

jueves, 30 de enero de 2014

Yo estoy a la puerta!


Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista. Llegado el momento, se tiró el paño que velaba el cuadro. Hubo un caluroso aplauso.
Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía.

Todos admiraban aquella preciosa obra de arte. Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La puerta no tenía cerradura.
Y fue a preguntar al artista:
_“¡Su puerta no tiene cerradura! ¿Cómo se hace para abrirla?“.


El pintor tomó su Biblia, buscó un versículo y le pidió al observador que lo leyera:
Apocalipsis 3, 20:
"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.”
_”Así es”, respondió el pintor. “Ésta es la puerta del corazón del hombre. Solo se abre por dentro.”

Abramos nuestro corazón al amor, a DIOS.

Cambiemos, aun estamos a tiempo

La Silla ♥


La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo.
Cuando el sacerdote llego a la habitación del enfermo, encontró a este hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo ;
 "Supongo que me estaba esperando", le dijo.
 "No, quien es usted?", dijo el hombre.
 "Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando ví la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo".
 "Ah si, la Silla",  dijo el hombre enfermo,  le importa cerrar la puerta?" .
El sacerdote sorprendido la cerró.
"Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar. Cuando he estado en la Iglesia he escuchado siempre al
respecto de la oración, que se debe orar y los beneficios  que trae, ..., pero siempre esto de las oraciones me entró  por un oído y me salió por el
otro, pues no tengo idea de  cómo hacerlo. -Entonces hace mucho tiempo abandoné por completo  la oración." Esto ha sido así en mí hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo: José,  esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. así es como te sugiero que lo hagas:
te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente  tuyo, luego con fe miras a Jesús sentado delante de tí.   No es algo  alocado el hacerlo 
pues El nos dijo:  "Yo estaré siempre con  vosotros". -
Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora".-
 "Es así que  lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces". Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija.... pues me internaría de inmediato en el 
manicomio."

El sacerdote sintió una  gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era muy bueno  lo que había estado haciendo, y que no dejara de hacerlo.
Luego hizo una oración con él, le extendió una bendición y se fue a su parroquia.

Dos días después,  la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido.

El sacerdote le preguntó: "Falleció en Paz ? "

"Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama, me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso."

"Cuando regresé de hacer compras una hora más tarde ya lo encontré muerto."
"Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y  recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. -Qué cree usted que pueda significar esto?"
 El sacerdote se secó las lagrimas de emoción y le respondió: "Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera..."

miércoles, 29 de enero de 2014

Antes que ellos crezcan!


Hay un periodo cuando los padres quedan huérfanos de sus hijos.
Es que los niños crecen independientes de nosotros,
como arboles murmurantes y pajaros imprudentes.

Crecen sin pedir permiso a la vida.
Crecen con una estridencia alegre y, a veces, con alardeada arrogancia.
Pero no crecen todos los días, de igual manera, crecen de repente.

Un día se sientan cerca de tí en la terraza y te dicen una frase con tal naturalidad
que sientes que no puedes más ponerle pañales.

Donde quedaron la placita de jugar en la arena, las fiestitas de cumpleaños
con payasos y los juguetes preferidos?...

El niño crece en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.

Ahora estás allí, en la puerta de la discoteca, esperando que él
o ella no solo crezca,  sino aparezca.

Allí están muchos padres al volante, esperando
que salgan zumbando sobre patines y cabellos largos y sueltos.

Allá estan nuestros hijos, entre hamburguesas y gaseosas en las esquinas,
con el uniforme de su generación, e incómodas
mochilas de moda en los hombros.

Allí estamos, con los cabellos casi emblanquecidos.

Esos son los hijos que conseguimos generar y amar a pesar de los golpes,
de los vientos, de las cosechas, de las noticias,
y observando y aprendiendo con nuestros errores y aciertos.
Principalmente con los errores que esperamos que no repitan.

Hay un periodo en que los padres van quedando un
poco huerfanos de los propios hijos...
Ya no los buscaremos más de las puertas de las
discotecas y de las fiestas.

Pasó el tiempo del piano, el ballet, el inglés, natacion y el karate.
Salieron del asiento de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.

Deberíamos haber ido más junto a su cama al anochecer, para oir su alma
respirando conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia..

Y a los adolescentes cubrecamas de aquellas piezas llenas de calcomanías,
posters, agendas coloridas y discos ensordecedores.

No los llevamos suficientemente al cine, a los juegos,
no les dimos suficientes hamburguesas y bebidas,
no les compramos todos los helados y ropas que nos hubiera gustado comprarles.

Ellos crecieron, sin que agotasemos con ellos todo nuestro afecto.

Al principio fueron al campo o fueron a la playa entre discusiones, galletitas,
congestionamiento, navidades, pascuas, piscinas y amigos..

Sí, había peleas dentro del auto, la pelea por la ventana , los pedidos
de chicles y reclamos sin fin.

Después llegó el tiempo en que viajar con los padres comenzó
 a ser un esfuerzo, un sufrimiento,
pues era imposible dejar el grupo de amigos y primeros amorios.

Los padres quedaban exiliados de los hijos.
"Tenían la soledad que siempre desearon", pero de
repente, morían de nostalgia de aquellas "pestes".

Llega el momento en que solo nos resta quedar mirando desde lejos, torciendo y
rezando mucho (en ese tiempo, si nos habiamos olvidado, recordamos cómo rezar)
para que escojan bien en la búsqueda de la felicidad, y que la
conquisten del modo más completo posible.

El secreto es esperar... En cualquier momento nos pueden dar nietos.
El nieto es la hora del cariño ocioso y picardía no ejercida en los
propios hijos, y que no puede morir con nosotros.

Por eso, los abuelos son tan desmesurados y
distribuyen tan incontrolable cariño.

Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto.
Así somos, solo aprendemos a ser hijos después que somos padres,
solo aprendemos a ser padres después que somos abuelos...


Mecànico del Alma ♥


Una vez iba un hombre en su auto por una larga y muy solitaria carretera cuando de pronto su auto comenzó a detenerse hasta quedar estático. El hombre bajó, lo revisó, trató de averiguar qué era lo que tenía.
Pensaba que pronto podría encontrar el desperfecto que tenía su auto pues hacía muchos años que lo conducía; sin embargo, después de mucho rato se dio cuenta de que no encontraba la falla del motor.

En ese momento apareció otro auto, del cual bajó un señor a ofrecerle ayuda. El dueño del primer auto dijo: Mira este es mi auto de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que tú sin ser el dueño puedas o sepas hacer algo.

El otro hombre insistió con una cierta sonrisa, hasta que finalmente el primer hombre dijo:
Está bien, haz el intento, pero no creo que puedas, pues este es mi auto.
El segundo hombre echó manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía el auto y lo pudo arrancar.

El primer hombre quedó atónito y preguntó:   ¿Cómo pudiste arreglar el fallo si es MI auto?

El segundo hombre contestó: Verás, mi nombre es Felix Wankel... Yo inventé el motor rotativo que usa tu auto.

Cuántas veces decimos: Esta es MI vida; Este es MI destino, esta es MI casa... Déjenme a mí, sólo yo puedo resolver el problema!. Al enfrentarnos a los problemas y a los días difíciles creemos que nadie nos podrá ayudar pues "esta es MI vida".

Pero... Te voy a hacer unas preguntas:
¿Quién hizo la vida?
¿Quién hizo el tiempo?
¿Quién creó la familia?

Sólo aquel que es el autor de la vida y el amor, puede ayudarte cuando te quedes tirado en la carretera de la vida.

Te doy sus datos por si alguna vez necesitas un buen "mecánico":
Nombre del mecánico del alma: DIOS Dirección: El Cielo
Horario: 24 horas al día, 365 días al año por toda la eternidad
Garantía: Por todos los siglos
Respaldo: Eterno
Teléfono: No tiene. Pero basta con que pienses en Él con fe, además
de que esta línea no está nunca ocupada.

martes, 28 de enero de 2014

La Cuerda ♥

CUAL ES TU CUERDA?

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inició su travesía, después de años de preparación, pero quería la gloria para el solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo decidido a llegar a la cima.

Obscureció, la noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada.
Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas eran cubiertas por las nubes. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... caía a una velocidad vertiginosa, solo podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida, pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos...

¡SI!, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.
En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar:
"AYUDAME DIOS MIO..."
De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
"¿QUE QUIERES QUE HAGA HIJO MIO?"
"Sálvame Dios mío"
"¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?"
"Por supuesto, Señor"
"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."
Hubo un momento de silencio y quietud.  El hombre se aferró más a la
cuerda y reflexionó...
Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda...
A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...

¿Y tú? ¿Que tan confiado estas de tu cuerda? ¿Por qué no la sueltas?

El Pescador ..

Un banquero de inversión americano estaba en el muelle de un pueblito caribeño cuando llegó un bote con un solo pescador.

Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño. El americano elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó ¿cuánto tiempo le había tomado pescarlos?

El pescador respondió que sólo un de poco tiempo.

El americano luego le preguntó ¿porqué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado?

El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia.

El americano luego preguntó ¿pero qué hace usted con el resto de su tiempo?

El pescador dijo, "duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora María, caigo todas las noches al pueblo donde tomo vino y toco guitarra con mis amigos. Tengo una vida "placentera y ocupada".

El americano replicó, "Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más grande podrías comprar varios botes y eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros.

En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías, hacer directamente a un procesador y eventualmente abrir tu propia procesadora.

Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución.

Deberías salir de este pequeño pueblo e irte a La Capital, donde manejarías tu empresa en expansión".

El pescador preguntó, ¿Pero, cuánto tiempo tarda todo eso?

A lo cual respondió el americano, "entre 15 y 20 años".

"¿Y luego qué?"

El americano se rió y dijo que esa era la mejor parte.

"Cuando llegue la hora deberías anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y vender las acciones de tu empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones.

"Millones ... y ¿luego qué?"

Dijo el americano: "Luego te puedes retirar. Te mueves a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, caer todas las noches al pueblo donde tomas vino y tocas guitarra con tus amigos".

El pescador respondió: "¿Acaso eso no es lo que tengo ya?"

MORALEJA
Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya se tiene pero que muchas veces no vemos.
La verdadera felicidad consiste en amar lo que tenemos y no sentirnos mal por aquello que no tenemos.
"Si lloras por haber perdido el Sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas"
¡LA FELICIDAD ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO!

domingo, 26 de enero de 2014

Carta de Dios ♥


Tú que eres un ser humano, eres mi milagro. Y eres fuerte, capaz, inteligente y lleno de dones y talentos.

Cuenta tus dones y talentos. Entusiásmate con ellos. Reconócete. Encuéntrate. Acéptate. Anímate. Y piensa que desde este momento puedes cambiar tu vida para bien. Si te lo propones y té llenas de

entusiasmo.
Y sobre todo, si te das cuenta de toda la felicidad que puedes conseguir con sólo desearlo.

Eres mi creación más grande. Eres mi milagro. No temas comenzar una nueva vida. No te lamentes
nunca. No te quejes, No te atormentes. No te deprimas.- ¿Cómo puedes temer si eres mi milagro? -. Estás dotado de poderes desconocidos para todas las criaturas del Universo.

Eres ÚNICO. NADIE ES IGUAL  A TI.

Sólo en ti está aceptar el camino de la felicidad y enfrentarlo, y seguir siempre adelante. Hasta el fin.
Simplemente porque eres libre.

En ti está el poder de no atarte a las cosas. Las cosas no hacen la felicidad. Te hice perfecto para que
aprovecharas tu capacidad y no para que te destruyas.

Te di el poder de pensar.
Te di el poder de imaginar.
Te di el poder de amar.
Te di el poder de crear.
Te di el poder de determinar.
Te di el poder de planear.
Te di el poder de elección.
Te di el poder de rezar.
Te di el dominio de elegir tu propio destino usando tu voluntad.


Qué has hecho de éstas tremendas fuerzas qué te di?. No importa. De hoy en más, olvida tu pasado, usando sabiamente este poder de elección.


Elige amar, en lugar de no amar.
Elige reír, en lugar de llorar.
Elige crear, en lugar de destruir.
Elige perseverar, en lugar de renunciar.
Elige alabar, en lugar de criticar.
Elige dar, en lugar de no hacerlo.
Elige actuar, en lugar de aplazar.
Elige crecer, en lugar de estancarte.
Elige, elige bendecir, en lugar de blasfemar.
Elige, Elige VIVIR...

- Y aprende a sentir mi presencia en cada acto de tu vida.
- Crece cada día un poco más en el optimismo y en la derrota.
- Yo estoy a tu lado siempre. Llámame. Acuérdate de mí.
- Vivo en ti desde siempre.

Trata de volverte niño, simple inocente, generoso, dador, con capacidad de asombro y capacidad de

conmoverte ante la maravilla de sentirte humano. para que puedas conocer mi amor, puedas sentir una
lágrima, puedas comprender el dolor. No te olvides que eres mi milagro. Que te quiero feliz, con
misericordia, con piedad, para que este mundo que transitas pueda acostumbrarse a reír, siempre que
tú. aprendas a reír. y si eres mi milagro, entonces usa tus dones y cambia tu medio ambiente,

contagiando esperanza y optimismo sin temor, porque yo estoy a tú lado.!!!

domingo, 19 de enero de 2014

Carta de una Madre a su Hija ♥


Mi querida hija, el día que me veas vieja, 
te pido por favor que tengas paciencia, 
pero sobre todo trata de entenderme.
Si cuando hablamos, repito lo mismo mil veces, 
no me interrumpas para decirme 
“Eso ya me lo contaste” 
solamente escúchame por favor.
Y recuerda los tiempos en que eras niña y 
yo te leía la misma historia, 
noche tras noche hasta que te quedabas dormida. 
Cuando no me quiera bañar, 
no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, 
solamente recuerda las veces que yo tuve que 
perseguirte con miles de excusas para que 
te bañaras cuando eras niña.
Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, 
dame el tiempo necesario para aprender, 
y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada.
Recuerda mi querida, que yo te enseñé a hacer 
muchas cosas como comer apropiadamente, 
vestirte y peinarte por ti misma y como 
confrontar y lidiar con la vida.
El día que notes que me estoy volviendo vieja, 
por favor, ten paciencia conmigo y sobre 
todo trata de entenderme.
Si ocasionalmente pierdo la memoria o 
el hilo de la conversación, 
dame el tiempo necesario para recordar 
y si no puedo, no te pongas nerviosa, 
impaciente o arrogante.
Solamente ten presente en tu corazón 
que lo más importante para mí es estar 
contigo y que me escuches.
Y cuando mis cansadas y viejas piernas, 
no me dejen caminar como antes, dame tu mano, 
de la misma manera que yo te las ofrecí 
cuando diste tus primero pasos.
Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste 
o incompetente de verme así, sólo te pido que 
estés conmigo, que trates de entenderme y 
ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor.
Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, 
que tuvimos la dicha de compartir juntas, 
te lo agradeceré. Con una enorme sonrisa y 
con el inmenso amor que siempre te he tenido, 
sólo quiero decirte que te quiero, mi querida hija.

El Amor De Un Padre!

El día que mi hija nació, sinceramente, no sentí gran alegría. ¡Yo quería un niño! En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisa de mi Andreita y por la infinita inocencia de su mirada fija y penetrante. Fue entonces cuando empecé a amarla con locura. Su carita y su mirada no se apartaban ni por un instante de mis pensamientos, la veía en cada niña, todo mi mundo, era ella.

Una tarde, mi familia y la de mi amigo Raúl fuimos de picnic a la orilla de un río que había muy cerca de casa. De pronto la niña preguntó a su padre: 

- Papi, cuando cumpla quince años ¿Cuál será mi regalo? 

- Pero mi amor, si apenas tienes diez añitos, ¿No te parece que todavía falta mucho para que cumplas los quince?. 

- Bueno papito, tu siempre dices que el tiempo pasa volando, aunque yo nunca lo he visto por aquí. 

Todos reímos con la ocurrencia de Andreita y seguimos disfrutando del picnic y hablando de otras cosas. 

Pasó el tiempo y una mañana me encontré con Raúl frente al colegio donde estudiaba mi hija, que ya tenía catorce años. Le comenté con gran orgullo las excelentes calificaciones y los conmovedores comentarios que le habían escrito sus profesores.

Andreita ocupaba toda la alegría de la casa, en la mente, en el corazón de la familia, y especialmente en el de su papá. 

Fue un domingo muy temprano que nos dirigíamos a la iglesia, cuando Andreita tropezó con algo, eso creíamos todos, y dio un traspié, su papá la sujetó de inmediato para que no cayera. Pero ya instalados en la iglesia, vimos cómo Andreita fue cayendo lentamente sobre el banco y perdió el conocimiento. La tomamos en brazos, mientras su papá buscaba un taxi para llevarla al hospital; Andreita estuvo en coma durante diez días y fue entonces cuando le informaron a Oscar que su hija padecía una grave enfermedad que afectaba seriamente su corazón. Le dijeron que no era algo definitivo, y que debían esperar a practicarle otras pruebas para llegar a un diagnóstico firme. 

Los días iban pasando, Oscar renunció a su trabajo para dedicarse al cuidado de Andreita. Una mañana Oscar se encontraba al lado de su hija, cuando ella le preguntó:

-¿Voy a morir, verdad? ¿Qué te dijeron los médicos? 

- No mi amor, no vas a morir, Dios que es tan bueno no permitirá que pierda lo que más amo en mi vida, respondió el padre. 

-Cuando alguien muere, ¿adonde va? Desde donde esté ¿podrá ver a su familia? ¿Sabes si se puede regresar? ... Preguntaba Andreita.

-Bueno hija... en verdad nadie ha regresado de allá a contar algo, pero si yo muriera, no te dejaría sola, estando en el más allá buscaría la manera de comunicarme contigo, si hiciera falta utilizaría el viento para venir a verte. 

-¿Y cómo lo harías? 

- No tengo la menor idea hijita, sólo sé que si algún día muero, sentirás que estoy contigo, cuando un suave viento roce tu cara y una brisa fresca bese tus mejillas. 

Ese mismo día por la tarde, llamaron a Oscar, la situación era grave, su hija se estaba muriendo y necesitaban un corazón urgentemente, pues el de ella no resistiría más de quince o veinte días. 

¿De donde sacar un corazón? ¿Como conseguir uno?.

Ese mismo mes, Andreita cumpliría quince años. Y por fin, ocurrió lo que parecía imposible, fue el viernes por la tarde cuando consiguieron un donante, una esperanza iluminó los ojos de todos, las cosas iban a cambiar. 

El domingo Andreita ya estaba operada, todo salió como los médicos habían planeado. ¡Éxito total! 

Sin embargo, Oscar no había vuelto por el hospital y Andreita lo extrañaba muchísimo, su mamá le decía que todo estaba bien y que su papá estaba trabajando para sostener la familia. 

Andreita permaneció en el hospital durante quince días más, los médicos no habían querido dejarla ir hasta que su corazón estuviera firme y fuerte, y así lo hicieron. 

Precisamente el día de su cumpleaños, le dieron el alta médica, Andreita estaba feliz e ilusionada. Al llegar a casa todos se sentaron en el sofá y su mamá con los ojos llenos de lágrimas le entregó una carta de su padre:  "Andreita, hijita de mi corazón: Al momento de leer mi carta, ya debes tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho, esa fue la promesa que me hicieron los médicos que te operaron. No puedes imaginarte ni remotamente cuanto lamento no estar a tu lado en este instante. Cuando supe que ibas a morir, decidí dar respuesta a una pregunta que me hiciste cuanto tenías diez añitos y a la cual no respondí. Decidí hacerte el regalo más hermoso que nadie jamás haría por mi hija... Te regalo mi corazón, mi vida entera sin condición alguna, para que hagas con ella lo que quieras.  ¡¡Vive hija!!   ¡¡Te amo con todo mi corazón!!" 

Andreita lloró todo el día y toda la noche. Al día siguiente fue al cementerio y se sentó sobre la tumba de su papá; lloró como nadie lo ha hecho y susurró: “Papá, ahora puedo comprender cuánto me amabas. Yo también te amaba y aunque nunca te lo dije, ahora comprendo la importancia de decir "TE AMO", perdóname por haber guardado silencio tantas veces". 

En ese instante las copas de los árboles se mecieron suavemente, cayeron algunas hojas y una suave brisa acarició las mejillas de Andreita, ella entre sollozos, sonrió, alzó la mirada al cielo, secó las lagrimas de su rostro, se levantó y emprendió regreso a su hogar. 

sábado, 18 de enero de 2014

El Carpintero Y La Vida..

Un carpintero, estaba a punto de jubilarse. Le comunicó a su jefe, la decisión de dejar el negocio de la construcción, para poder llevar una vida más placentera junto a su esposa y así disfrutar los últimos años de su vida.

 Su jefe, lamentó perder al mejor empleado. Pero antes de que se retirara definitivamente de su trabajo, le pidió que construyera una última casa.

 El carpintero, accedió por compromiso. No puso mucho esmero, ni entusiasmo en el trabajo, como en otras épocas, no cuidó los detalles. Así que la construcción, no se veía muy bien, incluso los materiales que usó eran de inferior calidad.

 Una vez finalizado el trabajo, el carpintero invitó a su jefe a visitarla. Hicieron un recorrido por la casa y al finalizar, le entregó a él las llaves de la puerta y le dijo:
Querido amigo, esta casa es tuya. Es mi regalo por todos los esfuerzos que pusiste en la empresa, durante 40 años.
 El carpintero, con las llaves en sus manos y sus ojos llenos de lágrimas, agradeció el regalo, pero se sintió avergonzado, como nunca antes por esa actitud que le llevó a cometer ese tremendo error.

¡Qué desafortunada manera de terminar su carrera!
 Si el carpintero hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho con absoluta dedicación. Ahora, no tenía otra opción que vivir en la propia casa que él había construido y no precisamente de la mejor manera.
 Lo mismo se puede aplicar a nosotros. Construimos nuestras vidas de manera distraída, haciendo las cosas de cualquier manera, cuando deberíamos poner la máxima atención y cuidado.
Muchas veces, no damos lo mejor en nuestro trabajo, con nuestra familia, con nuestros amigos. Y no nos damos cuenta de que tenemos la vida que nosotros mismos hemos construido. Construyámosla con sabiduría.

viernes, 17 de enero de 2014

Manos que Oran ♥

Durante el siglo XV, en una pequeña aldea cercana a  Nüremberg, vivía una familia con 18 niños. Para poder poner pan en la mesa para todos, el padre y jefe de la familia trabajaba casi 16 horas diarias en las minas de oro y en cualquier otra cosa que se le presentara.

A pesar de las condiciones de pobreza en las que vivían, dos de los hijos de Albrecht Durer tenían un sueño. Ambos querían desarrollar su talento para el arte, pero bien sabían que su padre jamás podría enviar a ninguno de los dos a estudiar a la Academia.

Después de muchas noches de silenciosas conversaciones entre los dos, llegaron a un acuerdo. Lanzarían al aire una moneda. El perdedor trabajaría en las minas para pagar los estudios al que ganara. Al terminar sus estudios, el ganador pagaría entonces los estudios al que quedara en casa, con las ventas de sus obras, o como fuera necesario. Lanzaron al aire la moneda un domingo al salir de la Iglesia. 

Albrecht Durer ganó y se fue a estudiar a Nüremberg. Albert comenzó entonces el peligroso trabajo en las minas, donde permaneció durante los siguientes cuatro años para sufragar los estudios de su hermano, que desde el primer momento fue toda una sensación en la Academia.

Los grabados de Albretch, sus tallados y sus óleos llegaron a ser mucho mejores que los de muchos de sus profesores y para el momento de su graduación, ya había comenzado a ganar considerables sumas con las ventas de su arte.

Cuando el joven artista regresó a su aldea, la familia Durer se reunió para una cena festiva en su honor. Al finalizar la memorable velada, Albrecht se puso de pie en su lugar de honor en la mesa, y propuso un brindis por su hermano querido, que tanto se había sacrificado para hacer sus estudios una realidad.

Sus palabras finales fueron: Y ahora, Albert hermano mío, es tu turno. Ahora puedes ir tú a Nüremberg a perseguir tus sueños, que yo me haré cargo de ti.

Todos los ojos se volvieron llenos de expectativa hacia el rincón de la mesa que ocupaba Albert, quien tenía el rostro empapado en lágrimas, y movía de lado a lado la cabeza mientras murmuraba una y otra vez: No, no, no...  Finalmente, Albert se puso de pie y secó sus lágrimas. Miró por un momento a cada uno de aquellos seres queridos y se dirigió luego a su hermano, y poniendo su mano en la mejilla de aquel le dijo suavemente: No, hermano, no puedo ir a Nuremberg, ya es muy tarde para mí. Mira lo que cuatro años de trabajo en las minas han hecho a mis manos. Cada hueso de mis manos se ha roto al menos una vez, y últimamente la artritis en mi mano derecha ha avanzado tanto que hasta me costó trabajo levantar la copa durante tu brindis, sería imposible trabajar con delicadas líneas el compás o el pergamino y no podría manejar la pluma ni el pincel. No hermano, para mí ya es tarde. 

Más de 450 años han pasado desde ese día. Hoy en día los grabados, óleos, acuarelas, tallas y demás obras de Albretch Durer pueden ser vistos en museos alrededor de todo el mundo. Pero seguramente usted, como la mayoría de las personas, sólo recuerde uno. Es más, seguramente hasta tenga uno en su oficina o en su casa. Porque un día, para rendir homenaje al sacrificio de su hermano Albert, Albrecht Durer dibujó las manos maltratadas de su hermano, con las palmas unidas y los dedos apuntando al cielo. Llamó a esta poderosa obra simplemente “manos", pero el mundo entero abrió de inmediato su corazón y le cambió el nombre a la obra por el de "Manos que oran". 

El Aguila ♥


El águila es el ave de mayor longevidad de su especie. Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, cuando tiene aproximadamente 40 años, deberá tomar una seria y difícil decisión. 



A los 40 años, sus uñas se vuelven blandas y es incapaz de cazar a sus presas para alimentarse. Su pico largo y puntiagudo, se curva apuntando contra su pecho y no puede comer bien. Sus alas se vuelven pesadas y con sus plumas tan gruesas, volar se le hace muy difícil.



En este momento de su vida, el águila tiene solamente dos alternativas: dejarse morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación, que puede durar hasta 150 días.



Ese proceso consiste en quedarse en un nido en un lado de una gran montaña y golpear su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo, luego se queda esperando que le vuelva a crecer y con él arrancará una a una las uñas de sus talones.

Cuando los nuevos talones comiencen a crecerle, comenzará a arrancarse las viejas plumas.



Aproximadamente tras un proceso de cinco meses, el águila totalmente renovada, será capaz de iniciar un vuelo que le dará 30 años más de vida 



Recuerda: Cuando te encuentres débil, agotado, desanimado, es aconsejable que puedas retirarte por un tiempo, para desprenderte de todo aquello que ha llegado a ser una carga para ti. Para renovarte y adquirir ese nuevo entendimiento, que te permitirá contemplar la vida de otra manera.

La Mariposa Azul..


Había un hombre que vivía con sus dos hijas. Las niñas eran curiosas e inteligentes y siempre hacían muchas preguntas. A veces el hombre sabía responder pero, otras veces, no tenía ni idea de la respuesta. Como pretendía ofrecerles la mejor educación, mandó las niñas de vacaciones a casa de un sabio que vivía en lo alto de la colina.
El sabio siempre respondía a todas las preguntas sin ningún tipo de duda. Impacientes con el sabio, las niñas decidieron inventar una pregunta que él no pudiera responder.
Así que un día una de ellas capturó una linda mariposa azul con la que pensaba engañar al sabio.

¿Qué vas a hacer?”, le preguntó su hermana. 
-Voy a esconder la mariposa entre mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta. Si él dice que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la aplastaré. De esta manera, cualquiera que sea su respuesta, ¡será una respuesta equivocada!

Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio, que estaba meditando.
-“Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, maestro, ¿está viva o muerta?”

Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:
-“Depende de ti... Ella está en tus manos”

Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro. No debemos culpar a nadie cuando algo falle; somos nosotros los únicos responsables por nuestros errores y malas decisiones.

domingo, 12 de enero de 2014

El Cirujano ♥

Un famoso actor fue invitado una vez por un renombrado cirujano a contemplar una difícil operación. Mientras el cirujano llevaba a cabo los preparativos para la operación, el actor observaba todos sus movimientos. Parecía confiado, pero se le notaba un poco nervioso.
Camino al quirófano, el actor se sorprendió al observar cómo el doctor se detenía un momento, e inclinaba la cabeza, para orar a Dios.
Llegó el momento de la verdad el cirujano empezó su intervención. Era evidente que el cirujano estaba tranquilo, seguro de lo que tenía que hacer y sus manos se movían con agilidad y seguridad.
Al terminar la intervención, el actor fue a felicitar al cirujano y aprovechó para preguntarle por qué oraba antes de entrar al quirófano.
“Yo creía que un cirujano confiaba en su propia capacidad”, le dijo y el médico contestó: “Un cirujano es solamente un hombre”. “Me siento tan cerca de Dios cuando estoy operando, que no sé dónde cesa mi habilidad y comienza la suya".
Son muchas las personas que piensan que tener el conocimiento y la formación necesaria, es suficiente para enfrentarse a la vida, pero en realidad lo importante no es tener conocimiento o inteligencia, sino tener sabiduría.
Y sabiduría es ver las cosas como Dios las ve y vivir de acuerdo a ello.

La Mentira Descubierta !

Yo tenía 16 años y estaba viviendo con mis padres en el instituto que mi abuelo había fundado en las afueras, a 18 millas de la ciudad de Durban, en Sudáfrica, en medio de plantaciones de azúcar.
Estábamos bien en el interior del país y no teníamos vecinos, así que a mis dos hermanas y a mí, siempre nos entusiasmaba el poder ir a la ciudad a visitar amigos o ir al cine.
Un día mi padre me pidió que le llevara a la ciudad para asistir una conferencia que duraba el día entero y yo aproveché esa oportunidad.
Como iba a la ciudad mi madre me dio una lista de cosas del supermercado que necesitaba y como iba a pasar todo el día en la ciudad, mi padre me pidió que me hiciera cargo de algunas cosas pendientes, como llevar el auto al taller.
Cuando me despedí de mi padre él me dijo: Nos vemos aquí a las 5 p.m. y volvemos a la casa juntos.
Después de completar muy rápidamente todos los encargos, me fui hasta el cine más cercano. Me concentré tanto en la película, una película doble de John Wayne, que me olvidé del tiempo.
Eran las 5:30 p. m. cuando me acordé. Corrí al taller, conseguí el auto y me apuré hasta donde mi padre me estaba esperando. Eran casi las 6 p.m.
Él me preguntó con ansiedad:
  - ¿Por qué llegas tarde?
Me sentía mal por eso y no le podía decir que estaba viendo una película de John Wayne; entonces le dije que el auto no estaba listo y tuve que esperar... esto lo dije sin saber que mi padre ya había llamado al taller.
  - Algo no anda bien en la manera como te he criado puesto que no te he dado la confianza de decirme la verdad. Voy a reflexionar que es lo que hice mal contigo. Voy a caminar las 18 millas a la casa y a pensar sobre esto.
Así que vestido con su traje y sus zapatos elegantes, empezó a caminar hasta la casa por caminos que no estaban ni pavimentados ni alumbrados. No lo podía dejar solo... así que yo conduje el auto 5 horas y media detrás de él... viendo a mi padre sufrir la agonía de una mentira estúpida que yo había dicho.
Decidí desde ahí que nunca más iba a mentir. Muchas veces me acuerdo de este episodio y pienso... Si me hubiese castigado de la manera como nosotros castigamos a nuestros hijos ¿hubiese aprendido la lección?
¡No lo creo! Hubiese sufrido el castigo y hubiese seguido haciendo lo mismo. Pero esta acción de no violencia fue tan fuerte que la tengo impresa en la memoria como si fuera ayer.
¡Éste es el poder de la vida sin violencia!
“Lo peor es educar por métodos basados en el temor, la fuerza, la autoridad, porque se destruye la sinceridad y la confianza, y sólo se consigue una falsa sumisión”  -Albert Einstein-

viernes, 10 de enero de 2014

El Cordero !

Un granjero llamado Daniel, había decidido comer un cordero, por lo que tomó uno de su rebaño y comenzó a degollarlo. De inmediato el cordero comenzó a sangrar abundantemente empapando sus manos. Para su sorpresa, el corderito comenzó a lamer su propia sangre de las manos de Daniel, él sintió un sudor frío que recorrió todo su cuerpo y se quedó asombrado por esta actitud. No podía creer lo que estaba viendo, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, juró que nunca más mataría otro corderito.
No existe sobre la faz de la tierra un animal tan bueno e indefenso, cualquier otro ante esta situación, se hubiera defendido con desesperación y furia, tratando de salvar su vida.
¿Qué podemos aprender de esta historia? El cordero mansamente entrega su vida a su verdugo y le lame en lugar de morderle.
Si tú fueras el protagonista de esta historia, ante la reacción del corderito, ¿qué sentirías? ¿qué harías? Déjame decirte que si fuera yo, lo acariciaría, le pediría perdón y seguramente mis ojos se llenarían de lágrimas.
Si la actitud de un animal nos puede llegar a conmover tan profundamente, ¡cuánto más debería conmovernos el sacrificio de aquel Cordero de Dios que, para derrotar el pecado que acarreamos tú y yo, entregó su vida en la Cruz del Calvario!  
Estoy seguro que como el cordero de esta historia, si los verdugos de Jesús hubieran acercado sus manos a la boca de Jesús, Él se las hubiera besado.
Porque a Jesús tú puedes ofenderlo de mil maneras, puedes rechazarlo, maldecirlo y también puedes descargar toda tu ira, frustración, dolor… sobre Él y sin embargo, El te seguirá acariciando, besando, hablando, aconsejando y por encima de todo, AMANDO.

Cicatrices del Alma ♥



Una niñita invitó a su madre a una reunión de padres y maestros que se celebraba en la escuela primaria a la que asistía. Aunque la niña no deseaba que fuera, la madre aceptó la invitación. Sería la primera vez que sus compañeros de clase y su maestra vieran a su madre, y le daba vergüenza su aspecto. A pesar de que era una hermosa mujer, había una gran cicatriz que cubría casi todo el lado derecho de su rostro y la niña le impresionaba tanto que nunca quería hablar acerca de por qué o cómo se la había hecho.
En la conferencia, la gente quedó impresionada con la bondad y la belleza natural de su madre, a pesar de la cicatriz, pero la niña seguía avergonzada y se ocultó de todos. Sin embargo, se mantuvo a una distancia que le permitía escuchar lo que decían su madre y su maestra en una conversación, y esto fue lo que oyó: –¿Cómo se hizo esa cicatriz en la cara? Le preguntó la maestra. La madre respondió: –Cuando mi hija nació, se incendió la habitación en la que dormía. Todos tenían demasiado miedo de entrar, porque el fuego estaba fuera de control, de manera que me arriesgue y entré. Cuando corría hacia su cuna, vi que caía una viga del techo y me lance sobre mi hija para protegerla. El golpe me dejó inconsciente, pero gracias a Dios, entró un bombero y nos salvó a las dos. Esta cicatriz me acompañará por siempre, pero nunca lamentaré haber hecho lo que hice.
En ese punto, la niña se dio cuenta del sacrificio que su madre había hecho para salvarla y corriendo hacia ella con lágrimas en los ojos, la abrazó y la tomó de la mano durante el resto del día.
Esta historia, me recuerda que también cuando estemos ante la presencia de Jesús podremos ver las cicatrices en sus manos, sus pies y costado. Y que Él, como la madre de la historia puso su vida para salvarnos de la muerte eterna.
Los hombres, sabemos reconocer los actos de valor y damos medallas de honor y declaramos héroes, a todos aquellos que han hecho algo por el bien de los demás, arriesgando su propia vida.
¿Serías capaz de reconocer como héroe, a Aquél que murió en la cruz del calvario para salvarte de la muerte eterna?