sábado, 14 de junio de 2014

La Esperanza!!

Existían millones de estrellas en el cielo.

Estrellas de todos los colores: blancas, 

plateadas, verdes, doradas, rojas y azules.
Un día inquietas, se acercaron a Dios y le 

dijeron:

 -Señor Dios, nos gustaría vivir en la tierra 


entre los hombres.

 -Así será hecho- respondió el  Señor.- Las 


conservaré a todas ustedes pequeñitas, como 

son vistas, para que puedan bajar para la 

tierra.

Cuéntase que, en aquella noche, hubo una 


linda lluvia de estrellas.  Algunas se 

acurrucaron en las torres de las iglesias, 

otras fueron a jugar y anclaron con los 

juguetes de los niños y la tierra quedó 

maravillosamente iluminada. Pero con el 

pasar del tiempo, las estrellas resolvieron 

abandonar a los hombres.

-¿Por qué volvieron?- preguntó Dios, a 

medida que ellas iban llegando al cielo.

-Señor, no nos fue posible permanecer en la 


tierra. Allá existe mucha miseria y violencia, 

mucha maldad, mucha injusticia.

Y el Señor les dijo:

-¡Claro! El lugar de ustedes es aquí en el 


cielo. La tierra es el lugar de lo transitorio, de 

aquello que pasa, de aquel que cae, de aquel 

que yerra, de aquel que muere, nada es 

perfecto.  El cielo es el lugar de la perfección, 

de lo inmutable, de lo eterno, donde nada 

perece.

Después que llegaron todas las estrellas y 


verificando su número, Dios habló de nuevo:

-Nos está faltando una estrella. ¿Será que se 


perdió en el camino?

Un Angel que estaba cerca replicó:

-No Señor, una estrella resolvió quedarse 


entre los hombres. Ella descubrió que su 

lugar es exactamente donde existe la 

imperfección, donde hay límite, donde las 

cosas no van bien, donde hay lucha y dolor.

-¿Mas qué estrella es esa?- volvió Dios a 


preguntar.

- Es la esperanza Señor. La estrella verde. La 


única estrella de ese color.

Y cuando miraron para la tierra, la estrella no 


estaba sola. La tierra estaba nuevamente 

iluminada porque había una estrella verde en 

el corazón de cada persona. Porque el único 

sentimiento que el hombre tiene y Dios no 

necesita tener es la esperanza. Dios ya 

conoce el futuro y la esperanza es propia de 

la persona humana, propia de aquel que 

yerra, de aquel que no es perfecto, de aquel 

que no sabe como será el futuro.

Recibe amigo en este momento esta estrellita 


en tu corazón:

¡La Esperanza!

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