lunes, 2 de junio de 2014

Boletín De Calificaciones..

Era miércoles, 8:00 a.m., llegué puntual a la escuela de mi hijo -“No 

olviden venir a la reunión de mañana, es obligatoria - fue lo que la 

maestra me había dicho un día antes. 


-“¡Pues qué piensa esta maestra! ¿Cree que podemos disponer 

fácilmente del tiempo a la hora que ella diga? Si supiera lo importante 

que era la reunión que tenía a las 8:30.

De ella dependía un buen negocio y... ¡tuve que cancelarla!


Ahí estábamos todos, papás y mamás, la maestra empezó puntual, 

agradeció nuestra presencia y empezó a hablar. No recuerdo qué dijo, 

mi mente divagaba pensando cómo resolver ese negocio tan 

importante, ya me imaginaba comprando esa nueva televisión con el 

dinero que recibiría.


Juan Rodríguez!” -escuché a lo lejos -“¿No está el papá de Juan 

Rodríguez?”-Dijo la maestra.

“Sí aquí estoy”- contesté pasando al frente a recibir la boleta de mi 

hijo.


Regresé a mi lugar y me dispuse a verla. -“¿Para esto vine? ¿Qué es 

esto?” La boleta estaba llena de seises y sietes. Guardé las 

calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna 

persona viera las porquerías de calificaciones que había obtenido mi 

hijo.


De regreso a casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba:

“Pero ¡si le doy todo! ¡Nada le falta ¡Ahora sí le va a ir muy mal!” 

Llegue, entré a la casa, azoté la puerta y grité: -“¡Ven acá Juan!” Juan 

estaba en el patio y corrió a abrazarme. -“¡Papá!” -“¡Qué papá ni que 

nada!” Lo retiré de mí, me quité el fajón y no sé cuántos golpes le di al 

mismo tiempo que decía lo que pensaba de él.


“¡¡¡¡ Y te me vas a tu cuarto!!!”-Terminé.

Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba.


Mi esposa no dijo nada, sólo movió la cabeza negativamente y se metió 

a la cocina.


Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa se acercó y 

entregándome la boleta de calificaciones de Juan, que estaba dentro 
de mi saco, 

me dijo:

-“Léele despacio y después toma una decisión...”. Al leerla, vi. Que 

decía: BOLETA DE CALIFICACIONES 

Calificando a papá:


Por el tiempo que tu papá te dedica a conversar contigo antes de 
dormir: 6

Por el tiempo que tu papá te dedica para jugar contigo: 6


Por el tiempo que tu papá te dedica para ayudarte en tus tareas: 6


Por el tiempo que tu papá te dedica saliendo de paseo con la familia 7


Por el tiempo que tu papá te dedica en contarte un cuento antes de dormir 6


Por el tiempo que tu papá te dedica en abrazarte y besarte 6


Por el tiempo que tu papá te dedica para ver la televisión contigo: 7


Por el tiempo que tu papá te dedica para escuchar tus dudas o problemas 6


Por el tiempo que tu papá te dedica para enseñarte cosas 7 

Calificación promedio: 6.22 Los hijos habían calificado a sus papás. El 

mío me había puesto seis y sietes (sinceramente creo que me merecía 

cincos o menos) Me levanté y corrí a la recamará de mi hijo, lo abracé y 

lloré. Me hubiera gustado poder regresar el tiempo... pero eso era 

imposible. Juanito abrió sus ojos, aún estaban hinchados por las 

lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo: -“¡Te quiero papito" Cerró 

sus ojos y se durmió.
¡Despertemos papas! Aprendamos a darle el valor adecuado aquello 

que es importante en la relación con nuestros hijos, ya que en gran 

parte, de ella depende el triunfo o fracaso en sus vidas.


¿Te has puesto a pensar que calificaciones te darían hoy tus hijos? 

Esmérate por sacar buenas calificaciones...

“El mejor legado de un padre a sus hijos es un poco de su tiempo cada día” 

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