Padre: no sé como explicar
lo que significas en mi andar
que solo tu alegría
hace más feliz mis días.
Te quiero tanto
porque enjugas mi llanto
y moriría si algún día me faltaras
porque tú siempre me acompañas.
Solo quiero que seas feliz
que Dios te bendiga siempre
para que no me faltes
ni de mi lado te apartes.
Gracias por tus enseñanzas
que son las normas de mi vida
nunca las olvidaré
hasta que llegue mi partida.
Solo el día que falte
te dejaré de querer
y en el cielo me acordaré
de todo tu amor
que me diste en el ayer.
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