martes, 1 de julio de 2014

Uno cosechará lo que siembra !





Una mañana, una mujer bien vestida 

se paró frente a un hombre

 desamparado, quien lentamente levantó 

la vista... y miro claramente a la mujer

que parecía acostumbrada a las cosas 

buenas de la vida. Su abrigo era nuevo. 

Parecía que nunca se había perdido de 

una comida en su vida. 

Su primer pensamiento fue: 

"Solo se quiere burlar de mi, como 

tantos otros lo habían hecho ..."

Por Favor Déjeme en paz !! 

gruñó el Indigente... 

Para su sorpresa, la mujer siguió 

enfrente de él. Ella sonreía, sus 

dientes blancos mostraban 

destellos deslumbrantes.

"¿Tienes hambre?" preguntó ella. 

"No", contestó sarcásticamente.

"Acabo de llegar de cenar con el 

presidente ... Ahora vete."

La sonrisa de la mujer se hizo

aún más Grande.

De pronto el hombre sintió una mano 

suave bajo el brazo. 

"¿Qué hace usted, señora?" 

-preguntó el hombre enojado.

"Le digo que me deje en paz" !!

Justo en ese momento un 

policía se acercó. 

"¿Hay algún problema, señora?" 

-le preguntó el oficial ..

"No hay problema aquí, oficial, 

contestó la mujer .. 

"Sólo estoy tratando de ayudarle para 

que se ponga de pie ...

¿Me ayudaría? El oficial se rascó 

la cabeza. 

Sí, el Viejo Juan ha sido un estorbo

 por aquí por los últimos años.

¿Qué quiere usted con él?" 

Preguntó el oficial ...

"Ve la cafetería de allí?" -preguntó ella. 

"Yo voy a darle algo de comer y sacarlo 

del frío por un ratito."

"¿Está loca, señora?" el pobre desamparado se resistió. "Yo no quiero ir ahí! 

Entonces sintió dos fuertes manos 

agarrándolo de los brazos y lo levantaron.

"Déjame ir oficial, Yo no hice nada .."

"Vamos Viejo, esta es una buena 

oportunidad para ti," el oficial

le susurro al oido ."

Finalmente, y con cierta dificultad, 

la mujer y el agente de policía llevaron 

al Viejo Juan a la cafetería y lo sentaron 

en una mesa en un Rincón de la cafetería. 

Era casi mediodía, la mayoría de la gente 

ya había almorzado y el grupo para 

la comida aún no había llegado ...

El gerente de la cafeteria se acercó 

y les pregunto: 

"¿Qué está pasando aquí, oficial?" 

"¿Qué es todo esto?"


Y este hombre, está en problemas?"


"Esta señora lo trajo aquí para que 

coma algo," respondió el policía.

"Oh no, aquí no !" el gerente respondió 

airadamente. "Tener una persona como 

este aquí es malo para mi negocio !!!

El viejo Juan esbozó una sonrisa 

con sus pocos dientes.

"Señora, se lo dije. Ahora, si van 

a dejarme ir ? Yo no quería venir 

aquí desde un principio."

La mujer se dirigió al gerente de la 

cafetería y sonrió...

"Señor, ¿está usted familiarizado 

con Hernandez y Asociados ??,


La firma bancaria que está a dos calles ?"


"Por supuesto que los conozco", respondió 

el administrador con impaciencia. 

"Ellos tienen sus reuniones semanales en 

una de mis salas de banquetes."
"
¿Y se gana una buena cantidad de dinero 

con el suministro de alimentos en 

estas reuniones semanales?" 

pregunto la señora ...

"¿Y eso que le importa a usted?

Yo, señor, soy Penélope Hernandez, 

presidente y dueña de la compañía ". 

"Oh Perdón!! dijo el gerente ...

La mujer sonrió de nuevo... 

"Pensé que esto podría hacer una 

diferencia en su trato." 

Le dijo al policía, que fuertemente 

trataba de contener una carcajada. 

"¿Le gustaría tomar con nosotros una taza 

de café o tal vez una comida, oficial?" 

"No, gracias, señora", replicó el oficial. 

"Estoy en servicio".

"Entonces, quizá, una taza de café 

para llevar ?"

"Sí, señora. Eso estaria mejor".

El gerente de la cafetería giró sobre sus 

talones como recibiendo una orden. -

"Voy a traer el café para usted de 

inmediato señor oficial "

El oficial lo vio alejarse. Y opinó: 

"Ciertamente lo ha puesto en su lugar", 

dijo.

"Esa no fue mi intención, dijo la señora... 

Lo crea o no, tengo una buena razón 

para todo esto".

Se sentó a la mesa frente a su invitado 

cenar. Ella lo miró fijamente...

"Juan ¿te acuerdas de mí?"


El viejo Juan miro su rostro, el rostro 

de ella, con los ojos lagañosos 


"Creo que sí - Digo, se me hace familiar".

"Mira Juan , quizás estoy un poco mas 

grande, pero mirame bien", dijo la Señora... 

"Tal vez me veo mas llenita ahora... 

pero cuando tú trabajabas aqui hace 

muchos años vine aquí una vez, y por 

esa misma puerta, muerta de 

hambre y frío."


Algunas lágrimas posaron sobre 

sus mejillas...


"¿Señora?" dijo el Oficial, No podía 

creer lo que estaba presenciando, 

ni siquiera pensar que la mujer 

podría llegar a tener hambre.

"Yo acababa de graduarme de la 

Universidad en mi pueblo", 

la mujer comentó. 

"Yo había llegado a la ciudad en busca 

de un trabajo, pero no pude 

encontrar nada. 

Con la voz quebrantada la mujer continuaba: 

Pero cuando me quedaban mis últimos 

centavos y me habían corrido de mi 

apartamento. Caminaba por las calles, y era 

en febrero y hacía frío y casi muerta de 

hambre. vi este lugar y entre con una poca 

posibilidad de que podría conseguir algo de 

comer. Con lágrimas en sus ojos la mujer 

siguió platicando ... 

Juan me recibió con una sonrisa. 

"Ahora me acuerdo", dijo Juan. 

"Yo estaba detrás del mostrador 

de servicio. 

Se acercó y me preguntó si podría trabajar 

por algo de comer". 

"Me dijiste que estabas en contra de 

la política de la empresa".


Continuó la mujer...


-Entonces, tú me hiciste el sándwich de carne 

más grande que había visto nunca... me diste 

una taza de café, y me fui a un rincón a 

disfrutar de mi comida. Tenía miedo de que te 

metieras en problemas. Luego, cuando miré y 

te vi a poner el precio de la comida en la caja 

registradora, supe entonces que 

todo iba a estar bien ".
"
Así que usted comenzó su propio negocio?"

 El viejo Juan dijo.

" Si, encontré un trabajo esa misma tarde. 

Trabajé muy duro, y me fui hacia arriba con 

la ayuda de Mi Padre Dios. Eventualmente 

empecé mi propio negocio que, con la 

ayuda de Dios, prosperó .."

Ella abrió su bolso y sacó una tarjeta. 

"Cuando termines aquí, quiero que vayas a 

hacer una visita al señor Martínez. Él es el 

director de personal de mi empresa.

 Iré a hablar con él y estoy segura de 

que encontrará algo para que puedas 

hacer algo en la oficina ".

Ella sonrió. "Creo que incluso podría darte 

un adelanto, lo suficiente para que puedas 

comprar algo de ropa y conseguir un lugar 

para vivir hasta que te recuperes. Si alguna 

vez necesitas algo, mi puerta está 

siempre abierta para ti Juan."

Hubo lágrimas en los ojos del anciano. 

"¿Cómo voy a agradecer?, preguntó.

"No me des las gracias", respondió la mujer. 

"A Dios dale la gloria. Él me trajo a ti."

Fuera de la cafetería, el oficial y la mujer 

se detuvieron y antes de irse por su lado 

"Gracias por toda su ayuda, oficial. 

Dijo la Sra. Hernández.

Al contrario, dijo el oficial," gracias. Vi un 

milagro hoy, algo que nunca voy a olvidar. 

Y..., Y gracias por el café. "...




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