lunes, 26 de mayo de 2014

LOS ZAPATOS


Un niño estaba parado, descalzo, frente a una


tienda de zapatos temblando de frío. Una señora

se acercó y le dijo: "Mi pequeño amigo ¿qué estás

mirando con tanto interés en esa ventana?". Él

respondió: "Le estoy pidiendo a Dios que me de


un par de zapatos".

La señora lo tomó de la mano y lo llevó adentro

de la tienda y pidió a un empleado media docena

de pares de medias para el niño y un par de

zapatos. Preguntó si podría prestarle una tina con

agua y una toalla y llevó al niño a la parte trasera

de la tienda. Con cariño empezó a lavar los pies

del niño y se los secó, luego le colocó las medias y

los zapatos. Ella acarició al niño en la cabeza y le

dijo: "¡No hay duda pequeño amigo que te sientes

más cómodo ahora!".

Mientras ella daba la vuelta para marcharse, el

niño muy feliz, la alcanzó y la tomó de la mano,

mirándola con lágrimas en los ojos le preguntó:

"¿Es usted la esposa de Dios?. La Señora le

respondió: "No, solamente soy una mujer

agradecida con lo que el me ha dado, ".

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