"Nuestros hijos no son nuestros hijos.
Son los hijos y las hijas de la Vida,
deseosa de perpetuarse.
Vienen a través nuestro, pero no vienen de nosotros.
Son los hijos y las hijas de la Vida,
deseosa de perpetuarse.
Vienen a través nuestro, pero no vienen de nosotros.
Y aunque están a nuestro lado, no nos pertenecen.
Puedes darle nuestro amor, pero no nuestros pensamientos.
Porque ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes cobijar sus cuerpos, pero no sus almas.
Porque sus almas viven en la casa del porvenir,
que está cerrada para nosotros,
aún para nuestros sueños.
Puedes darle nuestro amor, pero no nuestros pensamientos.
Porque ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes cobijar sus cuerpos, pero no sus almas.
Porque sus almas viven en la casa del porvenir,
que está cerrada para nosotros,
aún para nuestros sueños.
Puedes esforzarlos en ser parecidos a ellos,
pero no busques hacerlos a nuestra semejanza.
Porque la vida no se detiene ni se distrae con el ayer.
pero no busques hacerlos a nuestra semejanza.
Porque la vida no se detiene ni se distrae con el ayer.
Nosotros somos el arco desde el que nuestros hijos,
como flechas vivientes, son impulsados hacia lo lejos.
como flechas vivientes, son impulsados hacia lo lejos.
El Arquero es quien ve el blanco en la senda del
infinito y nos doblega con Su poder para que Su flecha
vaya veloz y lejana.
infinito y nos doblega con Su poder para que Su flecha
vaya veloz y lejana.
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