Te quiero decir muchas cosas por medio de esta carta y sinceramente te las mereces...
Ser tu herman@ vale mucho para mi, porque veo en ti la consecución de la mejor imagen que tengo de Dios: mis queridos padres.
Él, ejemplo de trabajo, de fortaleza, de perseverancia, de fe, de decisión, de amor por su familia.
Ella, ejemplo de amor, de entrega, de caridad, de paciencia, de obediencia, de alegría, de entusiasmo por la vida, de confianza en la Divina Providencia, de virtud sin límite, etc.
Quiero decirte que si mañana dejo de existir te observaré desde el cielo y le pediré permiso a Dios para cuidarte y sobre todo trataré de que no sufras.
Te quiero decir que si dejas de existir te recordaré y siempre te querré, y a todos les diré todo por lo que fuiste un/a gran herman@. Cuando me acuerde de ti, por las noches hablaré contigo y te pediré tu consejo e intercesión de Dios.
Quiero que sepas que te quiero mucho y cuan orgullos@ estoy de ti y eso es algo muy importante para mí, ya que hay veces que uno cree que no es conveniente decirlo por cualquier razón, sé que debí decirte antes cuánto te aprecio, pero si por alguna razón no nos volvemos a ver te dejo esta nota para que sepas lo mucho que te quiero. Y si no alcanzaste a decírmelo tú y yo dejo de existir, no te preocupes, que por el simple hecho de que nació el amor por tí, en mí, sabré que me quieres.
Recuerda que nunca sabemos cuándo dejaremos de existir, por eso quiero decirte hoy que todavía tengo vida: Hermán@..
!TE QUIERO MUCHO!
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