Lloré por quién no debía y reí con falsas amistades.
Perdoné demasiado.
Callé te quieros por miedo
y verdades por no hacer daño.
... He abrazado a la persona
que pensé que nunca me haría mal
y me he dado cuenta de que esa persona
no se merecía ni el roce.
Descubrí que el paraíso puede
encontrarse en el tacto de una piel,
y que los besos pueden hacerte volar.
Disfruté de pequeños detalles,
y aprendí poco a poco en que consiste la vida.
Y el secreto de todo, está en no arrepentirse de nada…
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