sábado, 29 de marzo de 2014

Maestra Y Madre!!

Su nombre es Silvia, maestra de 5º grado, el primer día de clase lo inició diciendo a los niños una mentira.
Ella miró a sus alumnos y les dijo: Los quiero a todos por igual. 
Pero ahí en la primera fila, desparramado sobre su asiento, estaba Carlitos. 
Silvia había observado a Carlitos desde el año anterior, había notado que era diferente a los demás niños, no jugaba, su ropa estaba siempre descuidada y por su aspecto necesitaba darse un buen baño.
Carlitos comenzó a ser desagradable, la maestra comenzó a marginarlo y al más pequeño error en sus tareas, sin contemplación lo corregía.
En la escuela había una norma. Los maestros debían revisar el historial de cada uno de sus alumnos, pero Silvia dejó el expediente de Carlitos para el final. Cuando lo revisó, se llevó una gran sorpresa. La maestra de primer grado había escrito: Carlitos, es un niño muy brillante con una sonrisa sin igual. Hace su trabajo de manera eficiente y tiene muy buenos modales, es un placer tenerlo en clase.
Su maestra de segundo grado escribió: Carlitos, es un excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compañeros, pero se le nota preocupado y triste por la grave enfermedad que está sufriendo su madre. Creo que debe ser muy difícil, para un niño de su edad.
La maestra de tercer grado escribió: Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él, se esfuerza en hacer lo mejor, pero su padre no muestra mucho interés, considero que se deberían tomar ciertas medidas para que no afecte al desarrollo del niño y a su carácter.
Su profesora de cuarto grado escribió: Carlitos se encuentra atrasado con respecto a sus compañeros y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones se duerme en clase.
Al leer el expediente de Carlitos, Silvia se dio cuenta del mal que estaba haciendo al marginar y no tratar con amor a un niño con un problema tan grave y se sentía apenada y arrepentida por su actitud.
Pasó poco tiempo y muy pronto llegaría la Navidad. Los alumnos, como de costumbre, le trajeron sus regalos, envueltos en fino papel y grandes lazos, excepto el de Carlitos. Su regalo estaba dentro de una bolsa de papel.
A Silvia le dio pánico abrir ese regalo en medio de los otros niños, algunos se podían reír y otros se burlarían. Pero no tuvo más remedio que hacerlo. Dentro de la bolsa había un viejo brazalete y un frasco de perfume usado. Los niños empezaron a burlarse, pero ella detuvo las burlas de los niños al exclamar lo precioso que era aquel brazalete mientras se lo probaba y lo mucho que le gustaba el perfume, mientras se ponía un poco en la mejilla.
Carlitos se sorprendió de la actitud de la maestra y se quedó hasta que todos se hubieran ido para decirle: Silvia, en el día de hoy usted es como mi mamá.

Desde ese día, ella dedicó tiempo y amor a ese niño, que un tiempo atrás había dejado de lado.
Cuando llegó el final del curso escolar, Carlitos se había convertido en uno de los niños más aplicados de la clase. Por eso Silvia estaba emocionada y muy contenta… Carlitos se había convertido en su alumno más querido.
Un año después, ella recibió una carta de Carlitos, diciéndole que había sido la mejor maestra que había tenido en toda su vida. Cuatro años después recibió otra carta, diciéndole que había terminado sus estudios secundarios y que se graduaría con los más altos honores y además que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida.
Cuatro años después recibió otra carta, en esta ocasión le contaba que había terminado sus estudios en la Facultad de Derecho y repetía los mismos textos que las anteriores, que seguía siendo la mejor maestra que había tenido y su favorita. Además le conto que su padre había fallecido y también que iba a casarse. Le preguntó si le gustaría ocupar en su boda el lugar que normalmente es reservado para la madre del novio y Silvia aceptó.
El día de la boda, se presentó vestida como una reina, con el viejo brazalete en su muñeca y perfumada con el recuerdo que conservaba, desde aquella Navidad. Carlitos emocionado la abrazó, le dio un beso y le susurró al oído: Gracias Silvia por creer en mí, gracias por haberme hecho sentir la diferencia y por ayudarme en el momento más difícil de mi vida.
Silvia con lágrimas en los ojos, le dijo: Te equivocas tú fuiste el que me enseñó a mí, cuando te conocí entendí que no se puede ser una maestra sin el sentimiento de una madre.

viernes, 28 de marzo de 2014

La Bomba De Agua..

Cuentan que un hombre estaba perdido en el desierto y a punto de morir de sed, de pronto vio una vieja cabaña sin ventanas, sin techo, estropeada por el tiempo. El hombre se acomodó en una pequeña sombra huyendo del calor del sol desértico y mirando alrededor vio, a algunos metros de distancia, una bomba de agua, vieja y oxidada. Se arrastró hasta allí y empezó a bombear sin parar.
No ocurrió nada y desanimado, se echó en el suelo. De pronto notó que al lado de la bomba había una botella. La miró, le limpió la suciedad y el polvo y pudo leer el siguiente mensaje: "Para que esta bomba funcione, primero necesitas prepararla vaciando en ella, toda el agua de esta botella, mi amigo".
PD.: "Haz el favor de rellenar la botella antes de irte."
El hombre abrió la botella y efectivamente tenía agua. La botella estaba casi llena de agua. Pero ahora se enfrentaba a un gran dilema: Si bebía el agua podría sobrevivir, pero si echaba el agua en la vieja bomba oxidada, quizá obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, o quizás no.
Si la bomba funcionaba podría tener toda el agua que quisiera y podría llenar la botella para la próxima persona, pero ¿y si no funcionaba?
¿Qué debía hacer? ¿Volcar el agua en la vieja bomba y esperar el agua fresca y fría o beber el agua de la botella y salvar su vida?
¿Debía perder toda el agua que tenía, esperando que aquellas instrucciones poco confiables, escritas no se sabía cuando, fueran ciertas?
Con temor, el hombre volcó toda el agua en la bomba y empezó a bombear... La bomba empezó a chirriar, pero nada ocurrió.
Al cabo de unos instantes surgió un hilito de agua; después un pequeño chorro y, finalmente el agua salió con abundancia.
La vieja y oxidada bomba hizo salir mucha, pero mucha agua fresca y cristalina. El hombre llenó la botella y bebió de ella hasta saciarse. La llenó otra vez para el próximo que pasara por allí, la enroscó y agregó una pequeña nota a la etiqueta.
¡Créeme, funciona! ¡Necesitas dar toda el agua antes de poder obtenerla otra vez!

El Portero!!

No había en el pueblo peor oficio que el de portero del dispensario. Pero ¿Qué otra cosa podría hacer aquel hombre? De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no conocía ninguna otra actividad ni oficio.
Un día se hizo cargo del dispensario un joven con inquietudes, creativo y emprendedor. El joven decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y después citó al personal para darle nuevas instrucciones. Al portero le dijo: A partir de hoy usted, además de estar en la puerta, me va a preparar un reporte semanal donde registrará la cantidad de personas que entran día por día y anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio.
El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero.....
-Me encantaría satisfacerlo señor, balbuceó, pero yo no sé leer ni escribir.
-¡Cuánto lo siento!,  respondió el jove. Pero el hombre se apresuró a decir: Señor, usted no me puede despedir, yo trabajé en esto toda mi vida.
-Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Le vamos a dar una indemnización para que tenga hasta que encuentre otra cosa. Así que, lo siento y  que tenga suerte.
Y sin más, se dio vuelta y se fue. El hombre sintió que el mundo se derrumbaba. Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación. ¿Qué hacer? Recordó que en el dispensario, cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, él, con un martillo y clavos lograba hacer un arreglo sencillo y provisorio.
Pensó que esta podría ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo. El problema es que sólo contaba con unos clavos oxidados y unas tenazas medio rotas. Pero pensó que podía usar parte del dinero de la indemnización en comprar herramientas.
Como en el pueblo no había una ferretería, debía viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra. Pero estaba decidido y emprendió la marcha.
A su regreso, traía una hermosa y completa caja de herramientas. De inmediato su vecino llamó a la puerta de su casa. Vengo a preguntarle si tiene un martillo para prestarme.
Mire, lo acabo de comprar, pero lo necesito para trabajar porque me quedé sin empleo. Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano.
-Está bien.
A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta.
-Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?
-No, yo lo necesito para trabajar y además la ferretería está a dos días de mula.
-Hagamos un trato, dijo el vecino. Yo le pagaré los dos días de ida y los dos de vuelta, más el precio del martillo, total usted está sin trabajar. ¿Qué le parece?
 Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días, así que aceptó. Volvió a montar su mula. Al regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa.
-Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo? Y yo necesito unas herramientas, estoy dispuesto a pagarle sus cuatros días de viaje, más una pequeña ganancia. Yo no dispongo de tiempo para el viaje.
El hombre abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó y se fue. Sí, era cierto que la gente no disponía de cuatro días para compras, pensó.Mucha gente podría necesitar que él viajara a traer herramientas.
En el siguiente viaje arriesgó un poco más de dinero y trajo más herramientas que las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo de viajes. La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje.

Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes. Alquiló un local para almacenar las herramientas y algunas semanas después, ese local se transformó en la primera ferretería del pueblo.
Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no viajaba, los fabricantes le enviaban sus pedidos. Él era un buen cliente. Con el tiempo, las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar dos días de marcha. Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para él las cabezas de los martillos. Y luego, por qué no, tenazas, pinzas y cinceles. Mas tarde fabricaron los clavos y los tornillos....
Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años aquel hombre se transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de herramientas. Un día decidió donar a su pueblo una escuela. Allí se enseñaría, además de leer y escribir, las artes y oficios más prácticos de la época. En el acto de inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, lo abrazó y le dijo: Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primera hoja del libro de actas de la nueva escuela.
El honor sería para mí, dijo el hombre. Creo que nada me gustaría más que firmar allí, pero yo no sé leer ni escribir. Yo soy analfabeto.
-¿Usted?, dijo el Alcalde,
-¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir? Estoy asombrado. Me pregunto, qué hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir.
-Yo se lo puedo contestar, respondió el hombre con calma. Si yo hubiera sabido leer y escribir sería portero del dispensario.

El Semáforo!!

Aquel día, me desperté con mucho sueño y enojado. Con trabajo, pude levantarme de la cama. Me dirigí al cuarto de baño arrastrando los pies mientras renegaba por tener que levantarme de la cama y no poder quedarme en ella todo el día. Desayuné con los ojos tan cerrados como mi mente. Me sentía tan cansado, que por no meter el pan en el tostador, preferí comerlo frío y beber la leche directamente de la botella. ¿Para qué tanto trabajo?  ¡Es un fastidio!
Salí de mi casa rumbo a la oficina, desde mi coche observaba el suelo humedecido por la lluvia y no podía evitar la rabia al pensar que tenía que trabajar. El semáforo se puso en rojo y de pronto, como un rayo, se colocó frente a todos los automóviles algo que parecía un bulto.
Por curiosidad abrí más mis ojos somnolientos y pude descubrir que lo que parecía un bulto, era el cuerpo de un joven montado en un pequeño carro de madera. Aquel hombre no tenía piernas y le faltaba un brazo. Sin embargo, con su mano izquierda lograba conducir el pequeño vehículo y manejar con maestría un conjunto de pelotas con las que hacía malabares.
Las ventanillas de los automóviles se abrían para darle una moneda al malabarista que llevaba un pequeño letrero sobre el pecho. Cuando se acercó a mi auto pude leerlo, "Gracias por ayudarme a sostener a mi hermano paralítico". Con su mano izquierda señaló hacia la acera y ahí pude ver a su hermano, sentado en una silla de ruedas colocada frente a un atril que sostenía un lienzo, y movía magistralmente con su boca un pincel que daba forma a un hermoso paisaje.

El malabarista mientras recibía una monedas, vio el asombro de mi cara y me dijo: ¿Verdad que mi hermano es un artista? De pronto el chico sentado en la silla de ruedas se dio la vuelta y pude leer en el respaldo de su silla:
“Gracias señor por los dones que nos das, contigo nada nos faltará”
Eso me impactó profundamente y mientras el hombre-bulto se retiraba y el semáforo cambiaba del color rojo al verde, mi semáforo interior también cambió.
Desde aquél día, nunca más se me volvió a encender la luz roja que me paralizaba por la pereza. Siempre he tratado de mantener la luz verde encendida y realizar mis trabajos y actividades sin detenerme. Aquel día descubrí que ante aquellos jóvenes, yo era el más necesitado, el más incompleto. Desde aquel mismo día, nunca he dejado de agradecer.
Ahora no tengo todo lo que quiero; pero le doy gracias a Dios por lo que sí tengo. El salario apenas me alcanza para pagar las cuentas, pero gracias a Dios que por lo menos tengo un trabajo para ganar el sustento. Los problemas se multiplican como por arte de magia, pero gracias a Dios tengo paciencia y fortaleza para sobrellevarlos.
A veces creo que no podré seguir adelante con tanto conflicto; pero le doy gracias a Dios porque cada mañana siento dentro de mi corazón que sí puedo. Los años han ido pasando rápidamente, mi piel está un poco arrugada, y mis cabellos se están poniendo blancos; pero le doy gracias a Dios por la alegría que siento de vivir.
Cada día le doy gracias a Dios por los conflictos que pude resolver, por los problemas que pude superar, por la enfermedad que pude soportar, por el odio que se transformó en amor, por la soledad que pude sobrellevar.

Así Es Una Mujer.. ♥

Cuando Dios se dispuso a hacer a la mujer, ya había llegado al sexto día de trabajo.
Un ángel se le acercó y le dijo: - Dios, ¿Por qué dedicas tanto tiempo a esta criatura?
-¿Has visto mi Hoja de Especificaciones para ella?, le respondió, fíjate bien:
Debe ser completamente lavable. Debe tener más de 200 piezas movibles, todas cambiables y ser capaz de funcionar con una dieta basada en cualquier cosa. Tener un regazo que pueda acomodar cuatro niños al mismo tiempo.
Debe ser capaz de dar besos que puedan curar desde una rodilla raspada hasta un corazón roto.
Y tendrá que hacerlo todo, solamente con dos manos.
El ángel se maravilló de los requisitos.
-Solamente dos manos… ¡Imposible!
-Es demasiado trabajo para un día, espera hasta mañana para terminarla , dijo el ángel.
No, ni hablar, dijo el Señor. Estoy tan cerca de terminar esta creación, que por cierto, es mi favorita- que voy a terminarla hoy mismo.
Además, esta criatura se cura sola cuando está enferma y puede trabajar jornadas diarias de 18 horas.
El ángel se acercó más y tocó a la mujer.
La has hecho muy suave, Señor. Sí, es suave dijo Dios, pero la he hecho también fuerte. No tienes ni idea de lo que puede aguantar o lograr.
-¿Será capaz de pensar? preguntó el ángel.
Dios contestó: -No solamente será capaz de pensar sino también de razonar, argumentar y negociar.
El ángel entonces notó algo y extendiendo su mano tocó la mejilla de la mujer.
-Señor, parece que este modelo tiene una fuga, dijo… Ya me parecía a mí que estabas tratando de ponerle demasiadas cosas.
-Eso no es ninguna fuga, es una lágrima, contestó el Señor.
-Y ¿para qué sirven las lágrimas, preguntó el ángel?
-Las lágrimas son su manera de expresar su alegría, su pena, su desengaño, su amor, su soledad, su sufrimiento, y su orgullo.
Esto impresionó mucho al ángel.
-Eres un genio, Señor, pensaste en todo. La mujer es verdaderamente maravillosa.
-Lo es; la mujer tiene detalles y capacidades que maravillan a los hombres.
Aguantan dificultades, llevan grandes cargas, pero al mismo tiempo rebosan felicidad, amor y dicha.
Sonríen cuando quieren gritar. Cantan cuando quieren llorar. Lloran cuando están felices y ríen cuando están nerviosas.
Luchan por lo que creen. Se enfrentan a la injusticia.
No aceptan un “no” por respuesta cuando ellas creen que hay una solución mejor.
Se privan de cualquier cosa, para que su familia pueda tener aquello que necesita.
Acompañan a sus amigas al médico cuando ellas tienen miedo de ir solas.
Aman incondicionalmente.
Lloran cuando sus hijos triunfan y se alegran cuando sus amistades consiguen premios.
Son felices cuando otros también lo son.
Sufren con la pérdida de un ser querido y cuando todos piensan que ya no les quedan más fuerzas, es cuando más fuertes son.
Saben que un beso y un abrazo pueden ayudar a curar un corazón roto.
“Sin embargo, la mujer tiene un gran defecto: a menudo se le olvida lo mucho que vale”

jueves, 27 de marzo de 2014

Aborto..

El padre es asmático, la madre tuberculosa. Tienen cuatro hijos, el primero es ciego, el segundo es sordo, el tercero murió y el cuarto tiene tuberculosis. La madre está embarazada de nuevo.
¿Recomendarías el aborto en esta situación?
Si tu decisión es afirmativa, hubieras evitado que el mundo conociera a Ludwig Van Beethoven.
Un hombre blanco viola a una niña negra de 13 años y ésta queda embarazada. Si fueras el padre de esta joven.
¿Le recomendarías el aborto?
Si tu decisión es afirmativa, jamás hubiera nacido Ethel Walters, una de las cantantes negras más famosas de toda la historia.
Un predicador y su esposa con graves problemas económicos (son realmente pobres) ya tienen 14 hijos. Considerando su extrema pobreza.
¿Recomendarías que la esposa abortara su decimoquinto hijo?
Si tu decisión es afirmativa, el mundo no hubiera podido escuchar a John Wesley, uno de los predicadores más grandes de todos los tiempos.
Una joven está embarazada; no está casada y su prometido no es el papá del niño que está esperando.
¿Le recomendarías que abortara?
Si tu decisión es afirmativa, hubieras impedido que María trajera al mundo el regalo más precioso de toda la humanidad: «JESÚS»

Mi Madre, Mi Mejor Amiga!! ♥

Estaban dos amigos tomando un café y mientras conversaban uno de ellos comentó:
-Mi madre me llama constantemente a la oficina, por cualquier cosa y siempre acaba pidiéndome que vaya a conversar con ella. Es terrible, siempre las mismas quejas, que se siente sola, que le duele esto, lo otro...
La verdad es que voy muy poco a visitarla y creo que es porque me molesta su forma de ser.
Ya sabes como son los viejos; cuentan las mismas cosas una y otra vez y yo estoy muy ocupado.
Tu ya sabes que siempre me falta tiempo, los compromisos de trabajo, mi esposa, mis hijos, mis amigos. No tengo tiempo para dedicárselo como ella quiere.
El amigo que lo escuchaba con mucha seriedad, le respondió:
-Yo en cambio, converso mucho con mi mamá; cada vez que estoy triste, voy para pasar un rato con ella; cuando me siento solo o cuando tengo un problema y necesito fortaleza, voy a visitarla y ella me reconforta, me anima y siempre termino sintiéndome mucho mejor.
-Supongo que tu eres mejor persona que yo, dijo sincerándose el primero.
- No creas, soy igual que tu, o al menos lo era.
Porque la verdad es que visito a mi mamá en el cementerio. Murió hace tiempo, mientras estuvo conmigo yo tampoco iba a conversar con ella, pensaba y sentía lo mismo que tú. Y no sabes cuanta falta me hace ahora su presencia, cuánto daría ahora por sentir las caricias que con tanto amor me prodigaba y que yo estúpidamente rechazaba porque pensaba que ya no era un niño.
Cuánta tristeza me da no haber escuchado sus consejos. ¡Yo sé lo que hago! le gritaba. Y por no escucharla, cometí un montón de errores.
Ay amigo, si supieras como la extraño. Ya es tarde, pero ahora me doy cuenta de que fue mi mejor amiga.
Yo tampoco tenía tiempo, mis ocupaciones eran tantas que casi no la visitaba y cuando lo hacía, era solo por unos minutos. Sin embargo, ahora que ya no está le dedico muchísimo tiempo, pero sintiéndome culpable y miserable. 
Fíjate que necio, cada vez que sentado en la tierra fría del camposanto miro su foto en el mármol gris, puedo leer las palabras que mande grabar, “Te amo” Sin embargo ella nunca las escuchó de mis propios labios.
Por eso cada vez que la visito le pido a ella y a Dios que me perdonen por haber sido tan duro, por haberla tratado mal, por haberle gritado, por ser tan brusco, tan hipócrita, y por el poco afecto que  le di. Pero no hay respuesta, solo silencio y cuando una brisa acaricia mis mejillas, siento que ella me perdona y a pesar de todo se que me sigue amando con todo su corazón.
Mirando a su amigo con los ojos llenos de lágrimas, le dijo: - Discúlpame, no quería avergonzarte, pero si de algo te sirve mi experiencia, conversa con ella, hoy que la tienes, valora su presencia, agradécele por las virtudes que seguro posee, deja a un lado sus errores, que de una u otra manera, forman parte de su ser. No esperes a que ya no esté contigo, porque entonces el dolor llegará hasta lo más profundo del alma y te darás cuenta que ya nunca podrás hacer lo que dejaste pendiente, será un vacío que nunca podrás llenar. No permitas que te pase lo que me pasó a mí.
De regreso a su oficina, iba pensando en las palabras de su amigo. Cuando llegó, dijo a su secretaria: ¡Por favor, no me pase mas llamadas! Comuníqueme con mi madre y también cancele todas las citas de mi agenda, porque este día lo dedicaré a ella.

miércoles, 26 de marzo de 2014

El Anciano!!

Un anciano que pasaba los días sentado en un banco de la plaza que estaba a la entrada del pueblo, era muy querido por sus vecinos y siempre contestaba con mucha sabiduría a cualquier pregunta que le hicieran.
Un día, un joven se le acercó y le preguntó:
–Hola, señor, acabo de llegar a este pueblo, ¿Me puede decir, cómo es la gente de este lugar?
–Hola hijo, ¿De dónde vienes? Preguntó el anciano.
–De un pueblo muy lejano.
–Dime, ¿Como es la gente allí?
–Son egoístas, envidiosos, malvados, estafadores… por eso me fui de aquel lugar en busca de mejores vecinos.
–Lamento decírtelo, querido amigo, pero los habitantes de aquí son iguales a los de tu ciudad.
El joven, lo saludó y siguió viaje.
Al siguiente día pasó otro joven, que acercándose al anciano, le hizo la misma pregunta:
–Acabo de llegar a este lugar, ¿Me podría decir cómo son los habitantes de esta ciudad?
–¿Cómo es la gente de la ciudad de dónde vienes?
–Ellos son buenos, generosos, hospitalarios, honestos, trabajadores… tenía tantos amigos, que me ha costado mucho separarme de ellos.
–Los habitantes de esta localidad también son así. Respondió el anciano.
–Gracias por su ayuda, me quedaré a vivir con ustedes.
Un hombre que también pasaba muchas horas en la misma plaza, no pudo evitar escuchar las dos conversaciones y cuando el segundo joven se fue, se acercó al anciano y le preguntó:
–¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes si los dos jóvenes te hicieron la misma pregunta?
–En realidad todo está en nosotros mismos. Quien no ha encontrado nada bueno en su pasado, tampoco lo encontrará aquí. En cambio, aquellas personas que tenían amigos en su ciudad de origen, también los encontrarán aquí, porque las personas reciben aquello que ellas mismas están dispuestas a dar a los demás.

El Perro Y El Conejo..

Juan y Luis eran vecinos, el primero compró un conejo a sus hijos. Como los hijos de Luis querían también tener su mascota, su padre les compró un cachorro pastor alemán.
Los hijos de ambos eran amigos y estaban siempre juntos, así que también el conejo y el perro llegaron a ser muy amigos y era normal verlos jugar y corretear.
Juan y su familia se ausentaron un fin de semana y el domingo, mientras Luis y su familia tomaba la merienda, su perro entró a la cocina con el conejo entre los dientes. Estaba sucio de tierra, ensangrentado y peor aún, estaba muerto.
Luis se enfureció y castigó muy duramente al perro…
-¿Y ahora, qué hacemos? Comenzaron a pensar cómo podrían solucionar el problema antes de que Juan llegara con los niños, mientras tanto, en la familia surgió una idea: bañar al conejo, dejarlo bien limpio y ponerlo en su casita acomodándolo como si estuviera durmiendo. De pronto escucharon llegar a sus vecinos y a los niños gritando. ¡Lo descubrieron!, pensaron.

De inmediato Juan vino hablar con Luis, parecía asustado, como si hubiera visto un fantasma.
-¿Qué pasó?
 - El conejo... el conejo...
-¿El conejo qué? ¿Qué tiene el conejo?
- ¡Murió!
-¿Murió?  Que pena, hoy por la tarde parecía estar bien.
-¡Murió el viernes! Respondió Juan
¿El viernes?
-Sí, ¡fue antes de que viajáramos, los niños lo enterraron en el fondo del patio!
La historia termina aquí. Lo que ocurrió después no importa. El gran personaje de esta historia es el perro que desde el viernes buscaba desesperado a su amigo. Después de rastrear todo el terreno, descubrió el cuerpo muerto y enterrado. Con desesperación desenterró a su amigo y fue a mostrárselo a sus dueños, como preguntando ¿qué pasó, qué es esto?
Esta historia nos enseña que no debemos juzgar anticipadamente los acontecimientos, sin antes verificar y asegurarnos lo que ocurrió realmente.
Cuántas veces sacamos conclusiones equivocadas, y nos creemos dueños de la verdad; pensemos antes de tomar decisiones que puedan generar dolor y odio hacia los demás… y sobre todo antes de que sea demasiado tarde.

El Bordado De Dios!!

Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho. Yo me sentaba a sus pies y la observaba mientras ella bordaba.
Al observar lo que hacía, desde una posición más baja, siempre le decía que lo que estaba haciendo me parecía muy raro y complicado. Ella me sonreía, me miraba y gentilmente me decía: "Hijo, ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde mi posición".
Yo no entendía por qué ella usaba algunos hilos de colores oscuros y por qué me parecían tan desordenados, pero unos minutos más tarde mi mamá me llamaba y me decía: "Hijo, ven y siéntate en mi regazo."
Al hacerlo, yo me sorprendía y emocionaba al ver la hermosa flor o el bello atardecer en el bordado. No podía creerlo; desde abajo no se veía nada, todo era confuso. Entonces mi madre me decía: "Lo ves, hijo mío, desde abajo todo lo veías confuso y desordenado y no te dabas cuenta de que arriba había un orden y un diseño”.Cuando lo miras desde mi posición, sabes lo que estoy haciendo."Muchas veces a lo largo de los años podemos mirar al cielo y mantener una conversación como esta con Dios.
Padre, ¿qué estás haciendo?, no entiendo nada. Querido hijo, estoy bordando tu vida. Pero se ve todo tan confuso y desordenado, los hilos parecen tan liados. Hijo, ocúpate de tu trabajo y no quieras hacer el mío. Un día te traeré al cielo y te pondré sobre mi regazo y verás el plan y el diseño desde mi posición. Entonces entenderás.
Muchas veces vemos que nuestras vidas son complicadas, atravesamos situaciones confusas, dolorosas e inciertas, pero no desesperes. No estás solo, eres valioso para Dios, y Él no se ha olvidado de ti.

De Padre A Hijo.. ♥

Querido hijo,
El día que me veas mayor y que ya no sea el que era, ten paciencia y procura  entenderme.
Cuando no pueda comer por mí mismo y me ensucie; cuando no pueda vestirme bien, ten paciencia.
Recuerda las horas que pasé enseñándote a comer y vestirte.
Si cuando hable contigo, te repito las mismas cosas vez tras vez, no me interrumpas y escúchame.
Cuando eras pequeño, a la hora de dormir te tuve que explicar vez tras vez los mismos cuentos hasta que te quedabas dormido.
No me avergüences ni me riñas, cuando no quiera ducharme. Acuérdate de las veces que tuve que perseguirte y las historias que tenía que inventar para que quisieras bañarte.
Cuando veas mi ignorancia sobre las nuevas tecnologías, no te burles, dame tiempo y ayúdame a entender.
¿Recuerdas cuando empezaste a ir a la escuela? Te enseñé a hacer tantas cosas. Te ayudé a entender tantas cosas. Y sobre todo a saber como afrontar la vida. Muchas de las cosas que has aprendido en tu vida, son resultado del esfuerzo y la perseverancia de los dos.
Cuando en algún momento pierda la memoria o el hilo de nuestra conversación, dame el tiempo necesario para recordar. Y si no puedo hacerlo, no te pongas nervioso, seguro que lo más importante no era mi conversación y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas.
Si alguna vez no quiero comer, no me obligues. Conozco bien cuando lo necesito y cuando no.
Cuando mis piernas cansadas no me dejen caminar, tiéndeme tu mano, de la misma manera que yo lo hice cuando tu dabas tus primeros pasos.
Y si algún día te digo que ya no quiero vivir, que quiero morir, no te enfades. Algún día entenderás que esto no tiene nada que ver contigo, ni con tu amor, ni con el mío.
Intenta entender que a esa edad, ya no se está tan aferrado a la vida y el pensamiento y la voluntad están más cerca del cielo.
Algún día descubrirás que pese a mis errores, siempre quise lo mejor para ti y que intenté preparar el camino que tú debías recorrer.
No debes sentirte triste, enfadado o impotente por verme de esa manera. Sólo debes estar a mi lado, intentar comprenderme y ayudarme como yo lo hice por ti.
En ese momento, te tocará a ti acompañarme en mi duro caminar.
Ayúdame al final de mi camino, con tu amor y paciencia. Yo te pagaré con una sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido.
Te quiero hijo.
Tu padre

martes, 25 de marzo de 2014

La Llegada De Jesús!! ♥

El ruido y el bullicio empezaron más temprano de lo habitual en el pueblo. A medida que la noche daba paso al alba, el gentío empezaba a volcarse en las calles. Los vendedores ambulantes se colocaban en las aceras de las avenidas más transitadas. Los tenderos abrían las puertas de sus establecimientos. Los niños eran despertados por los nerviosos ladridos de los perros callejeros y las quejas de los burros que tiraban de los carros.

El dueño de la posada había despertado más temprano que la mayoría de los habitantes del pueblo. Al fin y al cabo, todas las camas estaban ocupadas y también todos los colchones y mantas. En poco tiempo, todos los huéspedes estarían despiertos y habría mucho que hacer.

La imaginación se aviva al pensar en la conversación del mesonero y su familia mientras desayunaban. ¿Mencionarían la llegada de una joven pareja la noche anterior? ¿Preguntarían si se encontraban bien? ¿Comentarían que la joven que montaba el burro estaba embarazada? Quizá alguien sacara el tema a colación. Pero, en el mejor de los casos, si alguien lo dijo, no fue tema de conversación. No tenía nada de novedoso. Quién sabe si sería una más de varias familias a las que se dio aquella noche con la puerta en las narices.

Además, ¿quién tenía tiempo para conversar en medio de tanta conmoción? Augusto había hecho un favor a la economía de Belén al decretar el empadronamiento. No se recordaba tanta actividad comercial en el pueblo.

No. Es poco probable que se comentara la llegada de la pareja o se preguntara cómo estaría la joven. Todos estaban demasiado ocupados. Había que hacer el pan y ocuparse de otros quehaceres de la mañana. Estaban tan ocupados que nadie podía imaginar que había ocurrido el mayor evento del mundo.

Dios había venido al mundo hecho hombre.

Sin embargo, si alguien se hubiera asomado a aquel establo de las afueras de Belén esa mañana, habría contemplado una escena bastante peculiar. El olor nauseabundo como de todo establo. Cuelgan telarañas del techo y un ratón pasa corriendo por el piso. El suelo es duro y la paja escasa. No podía haber un lugar más humillante.

Unos pastores están sentados silenciosamente en el suelo; se ven respetuosos y asombrados. Una luz cae del cielo al lugar y una sinfonía de ángeles había interrumpido la vigilia aquella noche. Dios se dirigió a unos sencillos pastores.

Cerca de la joven madre está el padre, cansado. Si alguien está quedándose dormido, es él. No recuerda cuándo fue la última vez que se sentó. Y ahora que la conmoción ha amainado un poco María y el Niño están cómodos, se apoya contra el muro del establo y siente que se le cierran los párpados. No termina de entender. El misterio de lo ocurrido aún le da vueltas en la cabeza. Pero no tiene las fuerzas para batallar con preguntas. Lo que importa es que el Niño está bien y María a salvo. Mientras se queda dormido, recuerda el nombre que el ángel le dijo que pusiera a la criatura: Jesús. «Lo llamaremos Jesús.»

María está muy despierta. ¡Qué aspecto tan joven tiene! Descansa la cabeza sobre el suave cuero de la silla de montar de José. El dolor ha quedado eclipsado por el asombro. Contempla el rostro del Niño. Su hijo. Su Señor. Su majestad. En este momento de la historia, no hay entre los humanos quien comprenda mejor quién es Dios y lo que Él hace: que una joven que se encuentra en un establo maloliente no pueda apartar los ojos de Él. María sabe, aunque no lo entienda muy bien, que tiene a Dios en sus brazos. Este es. Recuerda las palabras del ángel: «Su Reino no tendrá fin»

No se parece nada a un rey. Tiene el rostro rojizo. Su llanto, aunque fuerte y sano, es el llanto agudo de un recién nacido indefenso. Y depende en todo de María.

Su majestad, en un ambiente prosaico a más no poder. El más santo, en medio del excremento y el sudor. Dios llega al mundo en el suelo de un establo, a través del vientre de una joven y en presencia de un carpintero.

Pone la mano en la cara del Niño Dios. ¡Qué largo fue Tu viaje!

Aquel Niño había contemplado el universo. Los trapos que lo mantienen abrigado fueron los mantos de la eternidad. Cambió Su trono por un sucio redil. Y los ángeles que lo adoraban han sido reemplazados por pastores desconcertados.

Mientras tanto, la ciudad bulle de actividad. Los mercaderes no son concientes de que Dios visita su planeta. El mesonero jamás creería que acababa de enviar a Dios a pasar frío. Y la gente se burlaría de quien afirmara que el Mesías estaba en brazos de una chiquilla a las afueras de su pueblo. Todos estaban demasiado ocupados para tener en cuenta esa posibilidad.

Los que se perdieron la llegada de Su majestad aquella noche no se la perdieron por maldad ni malicia. Se la perdieron simplemente porque no estaban atentos.

Poco ha cambiado en los últimos dos mil años, ¿verdad?

¿Es cierto? ¿Será verdad algo tan extraordinario, que un Niño muy singular fuese a nacer en un establo?

Dios dice.. ♥

Cuando decimos: ¡Esto es imposible!
Dios dice: “TODAS LAS COSAS SON POSIBLES” Lucas 18:27
Cuando decimos: Estoy muy cansado.
Dios dice: “YO TE DARE DESCANSO” Mateo 11:28
Cuando decimos: Nadie me ama.
Dios dice: “YO TE AMO” Juan 3:16 y 13:34
Cuando decimos: No consigo salir adelante.
Dios dice: “MI AMOR ES TODO LO QUE NECESITAS” 2ª  Corintios 12:9
Cuando decimos: No entiendo nada, no sé qué hacer. . .
Dios dice: “YO TE DOY LAS FUERZAS” Proverbios 3: 5,6
Cuando decimos: No puedo.
Dios dice: “TU PUEDES TODAS LAS COSAS” Filipenses 4:13
Cuando decimos: Yo no soy competente.
Dios dice: “YO SOY COMPETENTE” 2ª Corintios 3:5
Cuando decimos: Eso es terrible.
Dios dice: “ESO TE AYUDARÁ” Romanos 8:28
Cuando decimos: No consigo perdonarme.
Dios dice: “YO TE PERDONO” 1ª  Juan 1:9 y Romanos 8:1
Cuando decimos: Nunca tendré lo que necesito.
Dios dice: “YO SUPLIRÉ TODAS TUS NECESIDADES” Filipenses 4:19
Cuando decimos: No me atrevo.
Dios dice: “YO NO TE HE DADO UN ESPÍRITU DE COBARDÍA” 2ª  Timoteo 1:7
Cuando decimos: Estoy preocupado y frustrado.
Dios dice: “ECHA TODA TU ANSIEDAD SOBRE MÍ” 1ª Pedro 5:7
Cuando decimos: Yo no tengo fe suficiente.
Dios dice: “YO HE DADO A CADA UNO UNA MEDIDA DE FE” Romanos 12:3
Decimos: Yo no soy inteligente.
Dios dice: “YO TE DOY SABIDURIA” 1ª Corintios 1:30
Decimos: Me siento solo.
Dios dice: “YO NUNCA TE DEJARÉ NI DESAMPARARÉ” Isaías 41:10          
Decimos: Tengo miedo a morir.
Dios dice: “YO SOY LA VIDA, AUNQUE TU CUERPO ESTÉ MUERTO, VIVIRÁS ETERNAMENTE”Juan 11:25

El Burro!

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. Casi sin poderse mover el animal rebuznaba asustado, mientras el campesino trataba de buscar ayuda, sin conseguirla.
El campesino ante la imposibilidad de sacar al animal, pensó: “El burro ya está viejo, me sirve de poco y este pozo de todas maneras necesita ser tapado, así que en realidad no vale la pena sacar al burro de este lugar”.
Tomó una pala y empezó a echar la tierra dentro del pozo. Cuando el burro sintió sobre su lomo la tierra que caía, presintió que algo raro estaba pasando y de forma instintiva empezó a sacudirse.

El campesino siguió echando tierra al pozo y el burro continuó sacudiéndose la tierra de encima. Poco a poco la tierra fue cayendo en el fondo del pozo y afirmándose con el movimiento de las patas del burro.
El campesino con tristeza y sin mirar al interior del pozo iba echando la tierra lentamente, pero de pronto oyó un ruido y vio con sorpresa cómo el burro salió de un salto del pozo. 
Durante tu vida vas a sentir caer sobre tu espalda, todo tipo de tierra, vas a sentir paladas de problemas, de conflictos, de dudas, de sinsabores, y muchas cosas más.
Depende de ti sacudirte y colocar cada situación debajo de tus pies, o bien dejarlos sobre tu espalda y dejar que el peso te deje inmóvil en lo más profundo del pozo.

lunes, 24 de marzo de 2014

La Niña Ciega ♥

Qué ciego es el mundo, madre,
 qué ciego los hombres son,
 piensan, madre, que no existe
 más luz que la luz del sol.
Madre, al cruzar los paseos
 cuando por las calles voy,
 oigo que hombres y mujeres
 de mí tienen compasión,
 que juntándose uno a otro
 hablan bajando la voz
y que dicen: ¡Pobre ciega!,
 que no ve la luz del sol.
Más yo, no soy ciega, madre;
 no soy ciega, madre, no;
 hay en mí UNA LUZ DIVINA
 que brilla en mi corazón.
 El SOL que a mí me ilumina
es de eterno resplandor;
mis ojos, madre, son ciegos...
 pero mi espíritu...no.
Cristo es mi Luz, es el día
 cuyo brillante arrebol
 no se apaga de la noche
 en el sombrío crespón,
 tal vez por eso no hiere
 el mundo mi corazón
 cuando dicen: ¡Pobre ciega!,
 Que no ve la luz del sol.
Hay muchos que ven el cielo
 y el transparente color
 de las nubes, de los mares
 la perpetua agitación,
 más cuyos ojos no alcanzan
a descubrir al SEÑOR
 que tiene leyes eternas que
 sujeta a la Creación.
No veo lo que ellos ven,
 ni ellos lo que veo yo;
 ellos ven la luz del mundo
 yo veo la LUZ DE JESÚS.
Y siempre que ellos murmuran:
 ¡Pobre ciega! (digo yo)
 ¡Pobres ciegos!,  ¡que no ven
 más luz que la luz del sol!...

Un Regalo para Jesùs ♥

Desde la muerte de su padre, la familia de Roberto había luchado por subsistir. A pesar de los esfuerzos de su mamá, nunca había suficiente para todos. La pobre mujer trabajaba el turno de la noche en el hospital, pero lo poco que ganaba no le alcanzaba para mantener a su familia, aunque lo que no podía darles en lo material, lo compensaba con amor y ternura.
Se acercaba el día de Navidad y las tres hermanas de Roberto ya le habían hecho a su mamá un lindo regalo. Pero él seguía sin tener el dinero necesario.
No es justo, pensaba Roberto, que tenía apenas seis años de edad. Faltan pocas horas para Navidad, y no tengo absolutamente nada que darle a mamá. Procurando contener las lágrimas, se encaminó hacia alguna de las tiendas del pueblo. Pasó por una tras otra y contempló las vidrieras decoradas. En cada una de ellas podía ver regalos que él jamás podría comprarle a su madre.
Casi de noche, Roberto decidió volver a su casa, cuando  pronto observó una moneda que brillaba en la acera. ¡Nadie jamás se sintió tan rico como Roberto al recogerla! Con su nuevo tesoro en la mano, entró alegre en la primera tienda que vio. Pero su ánimo decayó tan pronto como el vendedor le explicó que allí no podía comprar nada con una sola moneda.

Por lo tanto, entró en la floristería de enfrente y con decisión mostró la moneda y preguntó si eso le alcanzaba para comprar una flor para su mamá como regalo de Navidad. El comerciante lo miró con ternura, se inclinó y le dijo: Espera aquí un momento, que voy a ir a ver si hay algo que pueda hacer por ti. Ante el asombro de Roberto, el dueño regresó con una docena de unas preciosas rosas rojas atadas con un lindo lazo plateado. Ahora sí me puedes dar la moneda que tienes en la mano jovencito, le dijo el hombre. Sabes, tenía estas rosas a un precio rebajado ¡Una docena por una sola moneda! ¡Menos mal que llegaste a tiempo para comprarlas, si no, nadie hubiera aprovechado esta magnífica oferta!
Roberto le dio las gracias, pagó y salió de la tienda. El hombre se asomó para ver cómo el niño se alejaba dando saltos de alegría. Más tarde, se le acercó su esposa y conmovido le contó:
-Esta mañana, antes de abrir el local, percibí en mi interior, una voz que me decía: aparta una docena de tus mejores rosas para un regalo muy especial. No se por qué, pero lo hice. Pasé todo el día esperando que ocurriera algo con esas rosas y justo antes de cerrar, un niño entró con la intención de comprarle a su mamá una flor con una sola monedita. Recordé que hace muchos años, cuando era niño, me había pasado algo muy parecido. Yo tampoco tenía dinero para comprarle un regalo de Navidad a mi madre, pero un desconocido me vio en la calle y me dio exactamente el dinero que necesitaba. Cuando vi a ese niño esta noche, supe que la voz que había oído esta mañana era real, así que fui y le entregué el ramo de rosas. Pero aún hay más, en mi corazón sentí que aquél regalo, no sólo lo preparaba para ese niño y su mamá, de alguna manera supe que lo estaba preparando para Jesús, en el día de su cumpleaños.
 Jesús te dice:
“Lo que ustedes hicieron para ayudar a uno de mis hermanos más pequeños, es como si lo hubieran hecho por Mi”  Mateo 25:40

10 Preguntas que Dios no te contestarà


1. Dios no te preguntará qué modelo de auto usabas…
Te preguntará a cuántas personas llevaste.
2. Dios no te preguntará los metros cuadrados de tu casa…
Te preguntará a cuántos recibiste en ella.
3. Dios no te preguntará la marca de la ropa que usas…
Te preguntará, a cuántos ayudaste a vestirse.
4. Dios no te preguntará cuál era tu sueldo…
Te preguntará si vendiste tu conciencia para obtenerlo.
5. Dios no te preguntará cuál era tu título…
Te preguntará si hiciste tu trabajo, dando lo mejor de tus capacidades.
6. Dios no te preguntará cuántos amigos tenías…
Te preguntará cuántos te consideraban su amigo.
7. Dios no te preguntará en qué lugar vivías…
Te preguntará cómo tratabas a tus vecinos.
8. Dios no te preguntará el color de tu piel…
Te preguntará si te importó el color de la de los demás.
9. Dios no te preguntará por qué tardaste tanto en buscarle…
Te dirá lo feliz que está de que lo hayas hecho.
10. Dios no te preguntará que religión profesabas…
Te preguntará, Por qué no le abriste tu corazón.

viernes, 21 de marzo de 2014

Como El Lápiz!!

El niñito miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado le preguntó:

- ¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos?
¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?

El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:
- Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras, es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.

El nieto miró el lápiz intrigado, y no vio nada de especial en él, y preguntó:
- ¿Qué tiene de particular ese lápiz?

El abuelo le respondió:
- Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona en paz con el mundo.

Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. Esta mano la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.

Segunda cualidad: De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.

Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.

Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.

Quinta cualidad: Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos. Por eso intenta ser consciente de cada acción.

El Tazón Del Abuelo..

El abuelo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Sus manos temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. El abuelo y su familia se reunían todos los días para comer; pero sus manos temblorosas y la vista enferma le causaban dificultades para alimentarse. La comida caía de su cuchara al suelo y, cuando intentaba tomar el vaso, derramaba el contenido sobre el mantel.
El hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo".  Así que el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba a la hora de comer. Como el abuelo había roto varios platos, su comida se la servían en un tazón de madera. De vez en cuando, miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver algunas lágrimas sobre su rostro triste, mientras intentaba alimentarse solo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.
El niño de cuatro años observaba todo en silencio.
Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con unos trozos de madera en el suelo. Le preguntó: "¿Qué estás haciendo, hijo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando sean como el abuelo, yo les pueda servir la comida en ellos. Sonrió y siguió con su tarea.
Las palabras del pequeño golpearon muy fuerte a sus padres, quebrantando sus corazones de tal forma que quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y a pesar de que ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.
Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa junto a ellos. Y, por alguna razón, el matrimonio no se molestaba más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan todos los mensajes. Si ven que proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas. Los padres y madres deben escucharlos, ya que muchas veces Dios nos quiere llamar la atención o decirnos algo a través de ellos, no seamos orgullosos pensando que sólo son niños, tengamos la suficiente sabiduría para analizar y meditar el mensaje que un niño nos puede dar. Seamos constructores sabios y modelos a seguir.